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SOCIEDAD

El significado de las nuevas pegatinas rosas que hay en los asientos del Metro de Madrid

Se trata de una campaña nacida en una escuela de publicidad para promover que la gente hable con las personas mayores

El significado de las nuevas pegatinas rosas que hay en los asientos del Metro de Madrid

Muchas personas mayores han llegado a la recta final de la vida sintiéndose solos y tristes. En numerosos casos, esto se debe al fallecimiento del cónyuge o de algunos de sus allegados más cercanos, un efecto inevitable del paso del tiempo. Lo que no es inevitable, sin embargo, es el sentimiento de desamparo y de abandono. Una conversación casual de unos pocos minutos puede ser un tesoro para una persona que naufraga sin apenas caras conocidas a su alrededor.

Para tratar de mejorar la vida de los más veteranos, ha nacido en la escuela de publicidad Brother Madrid una ingeniosa iniciativa que comienza a propagarse a lo largo de la extensa red de vagones subterráneos de la capital. El concepto es tan sencillo como imaginativo. Unas modestas pegatinas moradas en el respaldo de los asientos que instan a todo el que siente a conversar con la persona de al lado si esta es una persona mayor.

El nombre de la campaña es PriorityTalk, y ya tiene presencia en varios trenes de las líneas 3 y 6 (la amarilla y la gris, respectivamente). Además, está siendo difundida por sus arquitectos a través de las redes sociales, especialmente en Instagram, donde han creado una cuenta con el objetivo específico de que el gran público conozca y comparta esta acción altruista.

Compartir la vida

“Nos dimos cuenta casi de casualidad. En el transporte público existen multitud de señales: de peligro, de información, de prioridad a ciertos colectivos… Pero, ¿qué pasaba con la salud mental?”, reza una de las publicaciones de los autores de la campaña. Con una forma de operar sencilla pero clara y fácil de comprender por todos los usuarios, se han propuesto tener impacto real en la comunidad.

Aunque sea una realidad ignorada por muchos, y aunque estas experiencias a menudo se contemplen con cierta distancia, especialmente entre la población joven, es relativamente fácil dar pasos hacia una mayor integración de esas personas de la tercera edad que, llenas de desazón, ven cómo la vida se les apaga cada día un poco más la vida al no tener nadie con quien compartirla.