El secreto matemático por el que siempre acabas eligiendo la cola más lenta en el supermercado

¿Por qué siempre elegimos la cola del supermercado para pasar por caja y pagar más lenta de todas? La ciencia tiene la respuesta, pero probablemente no sea una respuesta que nos vaya a gustar. Y es que, estadísticamente, estamos condenados a hacer la cola más larga del supermercado, del cine o a la hora de pasar por un peaje.

Incluso si apreciamos que uno de los carriles va más rápido que el nuestro y decidimos cambiarnos, el riesgo es el mismo. Así lo ha explicado John D.Barrow, físico, profesor universitario, divulgador científico y matemático británico en El Salto del tigre.

La correlación ilusoria

“Por término medio, las colas y los carriles lentos son aquellos en los que hay más personas y menos vehículos. Por tanto, hay más probabilidades de estar en uno de ellos que en los que avanzan con más rapidez, que son aquellos en los que hay menos personas o vehículos”, argumenta D.Barrow.

Además, influye negativamente nuestra manera de recordar algunos eventos. En concreto, y tal y como exhibe Tom Stafford en BBC Future, la correlación ilusoria: vemos cómo las otras colas se mueven más rápido y relacionamos ese hecho con lo más significativo de nuestro entorno, nosotros.

Explicación

Stafford puntualiza que, cuando la cola en la que espero se mueve más rápido, me centro en dónde voy, ignorando a la gente que adelanto. Ahora bien, cuando estoy parado y tengo la mente en otras circunstancias, pienso en mí y en mi mala suerte.

A esto, añade que pasamos menos tiempo adelantando que siendo adelantados, precisamente porque vamos más deprisa, también en los atascos. No existe una manera de evitar la frustración de ver cómo te adelantan por la izquierda y la derecha cuando vas a pagar, pero en los últimos años se ha implementado una solución más justa.

Posible solución

Se trata de la línea del serpenteo, que consiste en hacer una fila única junto al resto de compradores y, a la hora de pagar, acudes a la caja que se quede libre. En algunos comercios como Primark, Carrefour o Ikea ya es un sistema que funciona desde hace muchos años.

No obstante, a pesar de ser teóricamente más justo, tiene imperfecciones. La mayoría de los comercios lo desestima porque, de alguna manera, esa desigualdad existente en las colas tradicionales crea en los clientes una falsa sensación de control que les hace sentirse mejor cuando consiguen encontrar una cola más rápida que las demás, aunque en gran parte de los casos deben resignarse a esperar más de la cuenta.