El pueblo de Almería que le declaró a Francia una guerra que duró 100 años
En 1883, el Ayuntamietno de Líjar entró en conflicto con el país vecino por haber tratado mal al rey Alfonso XII en su paso por París.
Por muy surrealista que suene, un pequeño pueblo de Almería que difícilmente llegaba a los 1.000 habitantes declaró la guerra a Francia. Aunque no hubo enfrentamientos bélicos, el conflicto duró un siglo, pues no se firmó la paz hasta que habían pasado exactamente 100 años desde la declaración de guerra.
Corría el año 1883 cuando el Ayuntamiento de Líjar, una localidad almeriense situada en la Sierra de Los Filabres, promulgó un bando de guerra contra Francia, una de las principales potencias europeas. Tras muchos años de enfrentamiento sin incidentes, en 1993 ambas partes firmaron uno de los tratados de paz más inverosímiles de la historia.
Por qué Líjar declaró la guerra a Francia
Entre 1874 y 1885, Alfonso XII fue el rey de España. Apodado como ‘el Pacificador’, en 1883 realizó una visita oficial a países europeos como Bélgica, Austria, Alemania y Francia. Todo transcurrió con cierta normalidad hasta que Alfonso XII llegó a Francia, que era la última parada de su viaje. Para su sorpresa, el rey español fue recibido hostilmente por los franceses.
La prensa y los republicanos del país galo abuchearon a Alfonso XII y manifestaron su rechazo por la figura del monarca y, en general, de los españoles. Entre gritos a favor de la República, silbidos y amenazas, la expedición del rey llegó a la embajada de España en París, y tras participar en un banquete con el presidente francés Jules Grévy, regresó a Madrid. El desplante que sufrió Alfonso XII en Francia fue el motivo por el que el Ayuntamiento de Líjar declaró la guerra a todo el país de Francia.
Así fue el acta de la declaración de guerra
El Ayuntamiento de Líjar publicó un bando de guerra contra Francia en el que explicó los motivos de su declaración. “Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día veinte y nueve de septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación Francesa”.
Pero es que más allá de mostrar su descontento con el recibimiento que Alfonso XII había recibido en Francia, el Ayuntamiento de Líjar amenazó al pueblo francés recordando que “solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por sí sola treinta franceses”. El acta juraba que los trescientos vecinos y seiscientos hombres útiles de Líjar eran suficientes para declararle la guerra a toda Francia.
Además, el bando de guerra mencionaba otros pueblos, entre ellos Sagunto, Bailén o Lepanto, y a personajes ilustres como Carlos V o Gonzalo de Córdoba para realzar la fuerza de los españoles, que según el Ayuntamiento de Líjar no podían perder contra los franceses.
La firma de paz 100 años después
Realmente fue una guerra sin batallas. No hubo armas, enfrentamientos ni heridos, pero nadie se decidió a firmar la paz hasta que pasó un siglo. En octubre de 1993, representantes de ambas partes acordaron poner fin al conflicto entre Líjar y Francia.
Por parte de los galos, acudieron al pueblo andaluz Fernando Fernández Montero, cónsul de Francia en Málaga, y Diego Sánchez Cortes, vicecónsul en Almería. Líjar estuvo representado por el alcalde y unos 500 vecinos, que en la plaza del pueblo firmaron la paz. Allí mismo hay en la actualidad una placa conmemorativa al tratado de paz con el que se puso fin a una guerra de 100 años.
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