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SOCIEDAD

El primer país que amenaza con ser engullido

Kiribati, en medio del Océano Pacífico está compuesto por 33 islas, de las cuales solamente 20 están habitadas debido al nivel del mar.

El primer país que amenaza con ser engullido
Wikimedia Commons

Entre el Océano Pacífico encontramos el país de Kiribati, un país superpoblado que se ahoga y está condenado a desaparecer debido a la subida del nivel del mar.

Este archipiélago, compuesto por 33 islas en total, de las cuales solamente 20 están habitadas, abarca una extensión de 811 kilómetros cuadrados, menor que la metrópolis de Los Ángeles o Sao Paulo.

Kiribati se encuentra entre las naciones de menor altitud global, ya que gran parte de sus atolones e islas de coral no superan los 2 metros sobre el nivel del mar, lo que los coloca en una posición sumamente susceptible ante el incremento de dicho nivel.

Esta nación se ha visto confrontada con desafíos derivados de inundaciones y la erosión costera. Dichas inundaciones y la elevación del nivel del mar han ejercido un impacto significativo sobre múltiples islas y atolones de Kiribati, generando una amenaza directa para la vida de sus habitantes y los recursos naturales que dependen de ellos.

Estos eventos climáticos extremos han puesto de manifiesto la fragilidad de Kiribati ante tales fenómenos y han instigado debates en torno a su futuro, así como la imperante necesidad de emprender medidas de adaptación para contrarrestar los efectos del cambio climático.

Los primeros refugiados climáticos

De acuerdo con una investigación llevada a cabo en 2017 por la Fundación para la Justicia Ambiental (EJF), se anticipa que el cambio climático desencadenará la más grande crisis de desplazados que el mundo haya presenciado en la próxima década.

Como todo en la vida, siempre hay pioneros, o casi pioneros. El primer refugiado climático pudo ser Ioane Teitiota, pero Nueva Zelanda acabó con sus sueños de refugiarse en un lugar más seguro.

El kiribatiano pidió asilo en el país neozelandés debido a declarar que su vida y la de su familia en peligro. Por lo que se acabó sumiendo en una batalla legal en la cual el país oceánico se salió con la suya, argumentando que “el aumento del nivel del mar puede hacer que la república de Kiribati sea inhabitable en un plazo de 10 a 15 años, como lo señala, este tiempo podría permitirle a la República de Kiribati intervenir, con la asistencia de la comunidad internacional, para tomar medidas destinadas a proteger y, cuando sea necesario, reubicar a su población.”

Pese a que lo considera ilegal, Ioane fue deportado a su país en septiembre de 2015.