El precio del aceite de oliva se disparará
La producción ha descendido de manera generalizada en todo el país y estamos ante una falta de stock considerable, pero esta situación sigue sin repercutir en los beneficios de los agricultores.
El aceite de oliva, un ingrediente básico de la cocina mediterránea y considerado por algunos como ‘oro líquido’, ha batido un auténtico récord en los últimos meses, llegando a duplicar su precio, lo que ha hecho que sus ventas hayan descendido. El bajo stock nacional ha disparado los precios del aceite de oliva virgen extra sin repercutir en beneficios para el agricultor.
Esta subida de precios a los consumidores finales, se cifra en un 86,4% respecto al mismo periodo de 2022. Pero, pese a ello, los agricultores siguen sin poder beneficiarse puesto que su rentabilidad no se ve mejorada con esta situación.
Desafíos para los productores
Desde ASAJA Alicante explican que la floración se había adelantado este año, lo que hacía presagiar una buena cosecha, pero el calor extremo y la sequía la “quemaron”.
ASAJA considera que la producción de aceitunas se está llevando a cabo de manera irregular dependiendo de la zona de cultivo en la que se encuentre, como consecuencia de que las lluvias no han afectado de la misma manera en todas las ciudades. A menos que el otoño llegue lluvioso, ASAJA prevé muy poca cosecha.
Desde la asociación consideran que nuestro país, pese a ser el primer productor de aceite de oliva, tiene que hacer frente a algunos desafíos que complican las cosechas como son la escasez de agua, los bajos precios que se pagan a los agricultores y el incremento de los inputs fijos y variables. José Vicente Andreu, es el presidente de ASAJA Alicante y considera que además de hacer frente a estos desafíos, tienen que “lidiar con la falta de reciprocidad a la que nos condena Europa por imponernos unas reglas del juego diferentes a las de terceros países”.
La importancia de mirar el etiquetado
El responsable de la sectorial de olivar y aceite de oliva de ASAJA Alicante, Hugo Quintanilla, instaba a los consumidores a revisar las etiquetas para comprobar el origen del aceite y la fecha de consumo preferente: “sobre todo cuando está filtrado, se puede llegar a conservar en buenas condiciones hasta 36 meses; pero a partir de los 9-12 meses las propiedades organolépticas del oro líquido empiezan a decaer”, decía.
También advertía de que es importante revisar la composición mirando el etiquetado del mismo, pues puede darse que el aceite que vayamos a consumir contenga otras sustancias como grasa de girasol, que actualmente está prohibida en España, pero sí se fabrica en otros países europeos. Quintanilla considera que esto sería una venta “engañosa y camuflada” promovida por envasadores extranjeros, que con sus precios menores, pueden llegar a atraer a más consumidores.