El paraje a menos de dos horas de Madrid que será Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO

El pasado 18 de septiembre, cada país presentó en Arabia Saudí una ciudad, paisaje u obra arquitectónica para que fuesen reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. La propuesta de nuestro país para este reconocimiento fue el conocido como ‘Paisaje dulce y salado’ localizado en la provincia de Guadalajara. Su nombre viene dado por el aspecto de la zona en el que confluyen aguas dulces y saladas, que dan lugar a cascadas estacionales, creando un acontecimiento hidrográfico asombroso y sin precedentes. Este lugar tiene su origen en la Edad Media e inicia desde el Parque Natural del Acantilado Río Dulce hasta llegar a Atienza, englobando una ciudad (Siguenza), una villa (Atienza) y 15 aldeas. Asimismo, se trata de uno de los conjuntos de salinas de interior más importantes de Europa, documentada de esta forma desde el siglo XII.

Este paraje de apenas 219 km2 de superficie, que se extiende entre el Sistema Central y la Cordillera, se ha mantenido apenas sin modificaciones hasta la actualidad. Uno de sus mayores atractivos es la gran cantidad de yacimientos arqueológicos que podemos encontrar en el lugar, que cuenta con más de 1.580 yacimientos arqueológicos. Desde la Consejería de Cultura de Castilla- La Mancha explica que “la interacción entre el ser humano y este excepcional espacio natural ha conformado un ecosistema propio, definido desde la Edad Media, que se ha mantenido hasta la actualidad sin apenas modificaciones” lo que ha provocado una “fosilización del paisaje medieval y moderno”.

Según el organismo, “este paisaje respeta tanto el requisito de integridad exigido por la UNESCO al no haber sufrido apenas los efectos adversos de al era industrial y contener todos los atributos que justifican su excepcional valor, como el requisito de la autenticidad, conservando una distribución espacial y un aprovechamiento de los recursos económicos muy similar al existente al menos desde la Edad Media”.

Algunos de sus atractivos

Por un lado, el paso de las aguas del río Dulce va formando manantiales a su paso, mientras que por el otro lado, el río Salado y sus salinas es “una de las zonas de explotación salinera más antiguas e importantes de la península ibérica, documentada como tal ya desde el siglo XII” indican. Además, todo esto va acompañado de un paisaje de gargantas y hoces que se va intercalando con las zonas agrícolas.

Del mismo modo, este Parque Natural, que protege el entorno del cañón del Río dulce, cuenta con bosques que rodean la zona, donde la encina y el quejigo abundan. Asimismo, ha sido declarado Zona de Especial Protección para las Aves, Lugar de Importancia Comunitaria, Zona de Especial Conservación y ha sido incluido en la Red Natura 2000. Respecto a la fauna que convive en este Paisaje Natural, se encuentran aves como el vencejo real, el avión roquero, el colirrojo tizón, el gorrión chillón, el cuervo y el roquero solitario. También se trata de un hábitat importante para las nutrias, al igual que para corzos, jabalíes y azores.

Cabe destacar que próximos a este paraje se encuentran varios pueblos interesantes de visitar, como son Atienza y Siguenza. Otra curiosidad es que dentro de este entorno se levantó la primera fabrica de papel-moneda utilizada en España, la antigua fabrica de papel de los Heros, ubicada entre las localidades de La Cabrera y Aragosa. Además, este paisaje, que será elegido Patrimonio de la Humanidad, se encuentra a tan solo una hora de la capital, lo que le convierte en una opción bastante interesante para visitar si residimos en Madrid y nos apetece hacer alguna escapada.

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