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El motivo por el que se ponen garrafas de agua llenas en las esquinas de las casas

Se trata de una práctica común en España que comenzó en ámbitos rurales para evitar que perros y gatos orinen en las esquinas.

I.B.F / Javier Cuesta

La colocación de garrafas de agua en las esquinas de las calles, portales o puertas de casa es uno de los remedios caseros que se implementaron hace años en ámbitos rurales para evitar que animales domésticos o callejeros dejaran sus necesidades en dichos sitios, y que se ha extendido hasta entornos urbanos con el paso del tiempo.

Cuando estos animales dejan sus necesidades en este tipo de sitios, con el tiempo, el material del cual está compuesto se puede estropear, o incluso, puede contaminar el ambiente del entorno llegando a provocar efectos insalubres en las calles en el caso de que no se llegue a limpiar frecuentemente.

Precedentes

En un primer momento, tal y como relata La Gaceta de Salamanca, la población rural utilizaba azufre y carbonato de sodio (sosa) para evitar que perros y gatos realizasen este tipo de prácticas. Sin embargo, a veces el remedio es peor que la enfermedad, y en este caso, se evidenció que estos compuestos químicos funcionaba contra los animales debido al fuerte olor que desprendía el azufre, pero su color amarillo atraía la curiosidad de los más pequeños, llegando a provocar heridas en sus manos al entrar en contacto con él. Esta práctica se terminó prohibiendo.

Remedio casero que comenzó en los pueblos

Ante dicha prohibición, en entornos rurales se comenzó a ubicar garrafas de agua llenas en lugares donde eran susceptibles de atraer la atención de los animales, tanto domésticos como callejeros, a hacer sus necesidades en la vía pública. Con la presencia de dichas garrafas, evitan los efectos insalubres de estas prácticas en caso de no recogerse o ser higienizado.

Entrando más en detalle, el medio local salmantino recoge la explicación más precisa de por qué es efectivo colocar garrafas en las esquinas y en los portales de las calles y casas por parte de Antonio Rubio, presidente del colegio de veterinarios de Salamanca:

“No sabemos si es efectivo, pero sí es cierto que los perros se pueden asustar porque se ven reflejados o porque el sol causa reflejo en el agua y, al igual que a las palomas, les molesta y se amedrentan”, detalló el presidente del colegio de veterinarios salmantino.