El motivo por el que no se deben pisar las cucarachas
Las cucarachas son muy duraderas, soportan 900 veces su peso, pueden soportar lesiones graves y sobrevivir sin comida durante meses.
Llega el verano y las olas de calor se sucederán una tras otra. Con la subida de temperaturas, proliferan las cucarachas. En la calle y, por desgracia, también en algunas viviendas.
¿Y qué hacemos? Es instintivo: ves una cucaracha y la aplastas. O sales corriendo. Pero si eres de los primeros, los entomólogos afirman que no se deben pisar porque soportan 900 veces su peso, y si no se hace con fuerza, es posible que no desaparezcan. De hecho, una pisadita y luego retirarla, o darle con un periódico, libro, folleto, no es aconsejable porque hay que darle con más fuerza y no siempre las cucarachas se morirán.
Por qué no debes pisar cucarachas
Este insecto puede soportar casi 900 veces su peso corporal. “Son insectos con una adaptabilidad extrema”, contaba a ABC el entomólogo y experto en control de plagas Ryan Smith. “Gracias a su fuerte exoesqueleto, pueden soportar una gran fuerza. Dicho exoesqueleto también es flexible, lo que les permite cambiar fácilmente su energía a las patas para correr. Esta es también la razón por la que un simple golpe de periódico no los matará con éxito”.
Las cucarachas pueden soportar lesiones muy graves y sobrevivir sin comida durante meses, es una de las cualidades que las hace inmortales, por eso fumigar es una de las mejores soluciones para erradicarlas. Los expertos afirman que si no destruyes su exoesqueleto las cucarachas pueden hacerse las muertas para huir después.
La OMS afirma que no deben aplastarse para evitar problemas de salud, como las bacterias que pueden esparcirse en el ambiente y pueden provocar asma y alergias si son inhaladas. Todo, porque Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las califica como “carroñeros antihigiénicos en los asentamientos humanos”.
De hecho, salmonella, estafilococos y estreptococos son algunas de las bacterias que pueden causar, además, enfermedades intestinales como disentería, diarrea, cólera y fiebre tifoidea.