El motivo por el que los supermercados ponen el pan al final del pasillo
Se trata de una decisión estratégica de los establecimientos para maximizar sus ventas. Con ello, se consigue que los clientes recorran un amplio espacio hasta llegar al pan.
La ubicación de los alimentos en los supermercados no es fruto de la casualidad. Las grandes cadenas invierten grandes cantidades de dinero en estudios para analizar al detalle las tendencias de compra en cada momento económico concreto.
Especialmente, se analizan los comportamientos que pueden influenciar a la hora de llenar el carrito. No es nada raro acudir al supermercado y darse cuenta de que han cambiado una sección de sitio. Incluso, si se encuentran al final del establecimiento, cosa que nos obliga a recorrer todos los pasillos. Esto afecta, principalmente, a los productos de primera necesidad, como el pan.
Para llegar a él, se pasa primero por otras áreas, lo que aumenta la probabilidad de que el cliente añada productos de otra índole a su carro de la compra, independientemente de si son imprescindibles para su consumo o no. Una decisión estratégica adoptada con el fin de maximizar las ventas de la compañía y, sobre todo, de dar salida a otros productos.
Los productos vendidos a granel, cerca de la entrada
El pan es uno de los alimentos en los que se ha mantenido el 0% de IVA en el decreto anticrisis aprobado por el Gobierno, al igual que otros como el aceite de oliva, harina, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales. El caso del pan no es el único que cabe destacar en un supermercado. La ubicación cambia para otros alimentos.
En el caso de los productos vendidos a granel, como la fruta y verdura fresca, se suelen encontrar cerca de la entrada de los supermercados. Según los estudios, este es el momento en el que el comprador es más proclive a adquirir bienes. Entre otras cosas, porque, al haber entrado hace poco, el carro está vacío y no se percibe estar excediéndose en el consumo.
Los 5 trucos para elegir el mejor melón y sandía de la frutería
El color, las grietas, el tacto, el sonido y el olor son los cinco aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de seleccionar el mejor melón y sandía de frutería o de la sección del supermercado. Se tratan de las dos frutas más consumidas durante el verano, periodo en el que las temperaturas son más elevadas.
Por su parte, la sandía aporta vitaminas, antioxidantes, minerales y casi no tiene calorías, mientras que el melón. Para disfrutar de su sabor en todo su esplendor, lo ideal es consumirla en su punto perfecto de maduración.
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