El mayor productor mundial de aceite de oliva denuncia un fraude
Según Antonio Luque, directo de Dcoop, algunas empresas adulteran el aceite de oliva incorporando de otros tipos como el de orujo.
Después de encadenar varios meses de intensas subidas, llegando a rozar un precio cercano a los diez euros el litro, el coste del aceite de oliva ha dado un respiro. Un producto básico de la gastronomía española, empleado en multitud de comidas y que reporta grandes beneficios, pero que en los últimos meses se había convertido en un bien de lujo.
Pero el precio de este producto sigue siendo motivo de discusión. Antonio Luque, presidente del grupo Dcoop, el mayor productor mundial de aceite, ha denunciado un fraude que se produce en el sector. Según ha explicado en una charla con periodistas, algunas empresas “muy conocidas” venden aceite de oliva mezclado con otros tipos de aceite, algo completamente prohibido. “Paga el producto 50 céntimos más caro que la competencia porque no quiere sustos”, asegura sobre una empresa de distribución.
Junto a las empresas, Luque acusa a las principales patronales del sector, Anierac y Asoliva, y a las administraciones publicas de no hacer nada para poner remedio a unas prácticas que, según denuncia, son conocidas. Durante su intervención, ha asegurado que todo este año se ha vendido más caro el aceite de oliva variedad lampante que el lampante refinado, cuando este último es de mayor calidad.
Algo que, indica, solo se puede explicar desde el fraude. “Hay indicios importantes de que hay una parte seria, importante, del sector que está cometiendo algún tipo de fraude que nos preocupa. ¿Qué tipo de fraude? Pues metiendo aceite de orujo en el aceite de oliva, metiendo aceite de girasol alto oleico, metiendo algo de aceite de cártamo”, ha asegurado.
Unos hechos que elevaría a la Fiscalía “si tuviéramos pruebas”. En cualquier caso, no puede determinar a qué porcentaje de aceite del mercado afecta este supuesto fraude. Así, ha pedido a las administraciones que actúen y ha solicitado medidas adicionales en el control de calidad. “El aceite de oliva, además de cumplir unos datos analíticos, necesita un control de la trazabilidad de todo el proceso”.
Bajada de precios
A su vez, Luque se ha pronunciado sobre la próxima evolución de los precios del aceite de oliva. Su incremento o caída dependerá, en buena medida, de la climatología y del consumo de los próximos meses. Y si bien apunta a una ligera bajada a comienzos de años, esta será ”mucho menor que la que hemos tenido hasta ahora”.
Así, cree posible que el precio oscile entre los cinco y seis euros el litro en los estantes de los supermercados. Pero, incluso, “si llueve mucho, si el consumo no se recupera y si la situación es catastrófica, lo mismo podría bajar más el precio cuando llegue febrero o marzo”.
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