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SUCESOS

El local derrumbado en Palma no tenía licencia de terraza: su uso era ilegal

Según ha revelado el alcalde de Palma, Jaime Martínez, la terraza en cuestión no contaba con la licencia municipal necesaria para recibir clientes, lo que hacía ilegal su uso.

Actualizado a
Trabajos tras del derrumbe de la terraza del local de la Playa de Palma.
EFE/ Cati Cladera

La terraza del Medusa Beach Club en la Playa de Palma, donde el pasado jueves se produjo un trágico derrumbe que resultó en la muerte de cuatro personas y 16 heridos, no contaba con la licencia de actividad necesaria y su uso era ilegal.

En una rueda de prensa celebrada este martes, Martínez explicó que mientras la planta sótano del edificio, que albergaba un bar musical, y la planta baja, utilizada como restaurante, disponían de las licencias correspondientes, la terraza no tenía la autorización necesaria para su funcionamiento.

“Los expedientes de obras desde 2013 no hacían en ningún caso a la zona del derrumbe. Además, en 2013 había habido una Inspección Técnica de Edificios que era desfavorable al uso de esa terraza”, ha destacado Martínez.

Además, la investigación preliminar de los Bomberos de Palma, presentada en un informe a la Policía Nacional, cree que el colapso de la terraza fue causado por una combinación de sobrecarga y deterioro estructural. Esta sobrecarga pudo ser ocasionada por las obras realizadas ilegalmente en el espacio y al peso de los aproximadamente veinte clientes presentes en la terraza cuando ocurrió el incidente.

“Circulan imágenes por redes sociales que sugieren que podía haber sobrepeso. Suponemos que al unir las mesas para un grupo de doce holandeses se produjo el colapso”, ha afirmado el jefe de Bomberos de Palma. “En esta obra se reformó todo menos las puntas, la parte inicial que es la que colapsó y no se reforzó, solo la parte central”, añadió.

Por su parte, el Ayuntamiento de Palma ha remitido sus informes a la Fiscalía, y el alcalde Martínez ha anunciado que el consistorio se personará en la causa si se inicia un procedimiento judicial contra los posibles responsables del trágico suceso. “Hay inspecciones coordinadas que se van a realizar en la zona del siniestro y los paseos marítimos y zonas turísticas. Es necesario invertir y rehabilitar zonas turísticas y barrios de Palma”, concluyó.

Entre las víctimas mortales se encontraban una trabajadora navarra de 23 años, dos turistas alemanas de 20 y 30 años, y un residente senegalés en Mallorca de 44 años. En cuanto a los heridos, diez son de nacionalidad neerlandesa, tres son alemanes y uno es español.

El Ayuntamiento de Palma multó en 2020 a un empresario por obras ilegales

El Ayuntamiento de Palma sancionó en 2020 a un empresario con una multa de 4.500 euros por realizar obras sin licencia en el local. Las infracciones, calificadas como graves por Urbanismo, incluían la construcción de un forjado en la cubierta que colapsó durante el incidente. El empresario multado es socio del propietario del club de playa.

Las irregularidades urbanísticas fueron documentadas por un celador municipal en tres visitas realizadas en 2013. Sin embargo, el expediente sancionador no fue resuelto hasta marzo de 2020, cuando la junta de la gerencia de Urbanismo aprobó la imposición de multas a la propietaria del edificio y a la empresa constructora. Durante la votación, PP, Vox y Ciudadanos se abstuvieron, mientras que la propuesta fue avalada por PSIB-PSOE, Podemos y Més.

El informe del celador de abril de 2013, al que tuvo acceso la Ser, detallaba demoliciones parciales de la cubierta y la construcción de un forjado, además de una escalera de acceso a la cubierta, que posteriormente colapsó. En un segundo informe, dos meses después, se constataron la construcción de dos muros de obra adosados a las paredes vecinas sin grafiar en la licencia. Un tercer informe de noviembre del mismo año destacaba la instalación de un quiosco de madera en la primera planta y una estructura con dos vigas maestras de 14 metros, sustentadas por los muros denunciados anteriormente.

Urbanismo determinó que no existía un título habilitante para estas obras y determinó la infracción como grave, proponiendo una sanción de 4.500 euros para la propietaria, el promotor y el constructor. El promotor sancionado, un ciudadano extranjero, gestionó el inmueble durante años junto a tres compatriotas, inicialmente como un restaurante mexicano y luego como el Medusa Beach Club. También administra otros restaurantes en la zona junto con sus socios.

El edificio fue construido originalmente como vivienda en 1972. En el catastro, solo figuran la planta baja de 104 metros cuadrados y el sótano, pero no la primera planta, que se utilizaba como espacio para comer y beber.

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