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SOCIEDAD

El joven localizado en Francia caminó cuatro noches para escapar de una “comunidad espiritual”

Alex Batty regresará este fin de semana a Manchester junto a su abuela y tutora legal, después de estar desaparecido durante seis años. Cuando su madre le dijo que quería mudarse a Finlandia, Alex se negó y huyó.

A view shows the D16 road where Alex Batty, an adolescent from Britain, who disappeared six years ago in Spain was picked up by Fabien Accidini in Chalabre, France, December 15, 2023. REUTERS/Stephane Mahe
STEPHANE MAHEREUTERS

Alex Batty, el joven británico que llevaba desaparecido seis años, fue hallado en la ciudad de Revel, al este de Toulouse, después de vivir varios años junto a su madre y abuelo en varias comunidades espirituales situadas en zonas rurales. Su abuela y tutora legal, Susan Caruana, denunció en 2017 su desaparición después de que el joven pasase unos días de vacaciones en España junto al exmarido de Susan y su madre.

Según ha manifestado Alex a la policía local, este viajo de España a Marruecos y de ahí al sur de Francia, lugar donde falleció su abuelo hace seis meses. Cuando su madre le anunció que quería mudarse a Finlandia, Alex se negó y huyó. La vida nómada que llevó Alex desde los 11 años finalizó en el momento en el que Fabien Accidini, un estudiante, le vio vagar por las calles en un día lluvioso y le ofreció subirse a su vehículo. Según explicó Accidini al diario La Dépêche du Midi, “¡Hacía más de cuatro días que Alex caminaba por la montaña!”.

Además, el estudiante le prestó su teléfono a Batty, para que este pudiera escribirle un mensaje a la abuela. Gracias a la ayuda de Accidini y de las autoridades francesas, este fin de semana Batty volará hasta Manchester y podrá reencontrarse con su abuela. “Estoy tan feliz...”, declaró Susan Caruana.

Una vida nómada

Gracias a las declaraciones que ha aportado Alex a las autoridades francesas, estas han podido recrear como fue la huida del joven de 17 por las montañas, que duró cuatro días. Según contó Alex a la gendarmería, vivió junto a su madre y su abuelo durante dos años en Marruecos, aunque nunca se quedaban en el mismo sitio.

Alex Batty afirmó en su declaración que la madre y el abuelo tenían “una obsesión con la energía y los paneles solares”. También explicó que en las comunidades donde se instalaban “hacían un trabajo sobre el ego, la meditación, la inexistencia del mundo real y la reencarnación”. Nunca se sintió “encerrado o secuestrado”, ni sufrió violencia física. Sin embargo, afirmó haber sido víctima de agresiones sexuales, en su familia, pero antes de marcharse del periplo, cuando tenía cinco o seis años.

Durante sus múltiples estancias, convivían con grupos de una decena de personas de varias nacionalidades, entre ellos españoles, canadienses e indios. El fiscal adjunto de la República en Toulouse, Antoine Leroy, destacó que “va a haber investigaciones sobre los lugares donde pudo residir en este contexto que se parece mucho a un contexto sectario”. Pero añadió: “No hay una secta identificada como tal”.