El giro que sufrirá el precio del aceite de oliva

Un mes más, el aceite de oliva sigue siendo el producto que más ha aumentado de precio respecto al año anterior, registrando un incremento del 32,6%, según los últimos datos de la consultora NIQ. Le siguen las aceitunas y encurtidos, con una subida del 9,9%; los zumos, con un 8,4%; el cuidado capilar, con un 7,6%; y las verduras congeladas y las conservas vegetales, con un 7,5% y un 6,9%, respectivamente.

De hecho, desde hace meses, el aceite de oliva, especialmente el virgen extra, se ha convertido en un artículo de lujo. Sin embargo, aún queda esperanza para los consumidores, ya que algunos expertos han asegurado que los precios podrían comenzar a bajar en los próximos meses.

Ignacio Silva, presidente y consejero delegado de Deoleo, cree que 2024 y 2025 traerán una “gran cosecha”, lo que provocará una relajación de los precios a partir de septiembre. Silva espera que el próximo año presente un entorno de precios más favorables, permitiendo recuperar los volúmenes de 2021 y 2022, según ha confirmado ante las preguntas de accionistas durante una junta general.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha calculado que la próxima campaña de aceite en España podría superar el millón de toneladas. Sin embargo, ha sido más cauteloso respecto a una futura bajada de precios, recordando que el aceite está sujeto a la ley de oferta y demanda y que la actual distribución no está logrando beneficios extraordinarios debido a los precios altos.

¿A qué se debe la subida de precios?

El presidente de Deoleo ha informado de que la subida de los precios en este producto se debe a la “falta de producción”. Y ha añadido: “No hay producto en el mercado, no ha habido el año pasado y no hay éste. La oferta es muy baja y la demanda, sobre todo en el exterior sigue siendo alta, y eso está haciendo que los precios en origen suban” según declaraciones recogidas por Europa Press.

El aumento en los precios del aceite de oliva comenzó en abril de 2021 y desde entonces ha continuado su escalada. Este incremento se debe a varios factores: baja producción por sequía, la inflación causada por la guerra en Ucrania y el elevado coste de la energía.

Silva se ha mostrado optimista respecto a las próximas campañas, señalando que las condiciones climatológicas e hídricas son favorables para una cosecha normal en España en 2024-2025. “De confirmarse, el sector se normalizará y saldrá reforzado”, ha subrayado. La esperanza es que, con estas mejoras en la producción, los precios del aceite de oliva comiencen a disminuir, ofreciendo un respiro tanto a los consumidores como a la industria.

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