El donante de semen con más de 550 hijos rompe su silencio: “Me presentan como un toro rabioso”
El neerlandés ha comparecido en los Juzgados y lamenta que sea el rostro de los donantes masivos. Asegura estar “vacunado y sanísimo”.
Su nombre es Jonathan M., es neerlandés y se le atribuyen al menos 550 hijos a través de la donación de semen en diferentes países europeos, entre ellos España. La fundación Donorkid, que defiende los derechos de las personas nacidas a través de la inseminación artificial, fue la encargada de denunciar a este hombre de cabello largo y rubio que este jueves ha comparecido ante un juzgado de Primera Instancia de La Haya, siendo la primera vez que un caso de este tipo llega a los tribunales en Países Bajos.
Eva, una de las madres que demandó a Jonathan, fue engañada por el neerlandés, que aseguró que no pensaba tener más de 25 hijos. Una cifra que no es casualidad, pues es la cifra máxima permitida para este tipo de inseminación (hasta 2019). Ante los jueces, la mujer ha pedido que le prohíban seguir con su desmedida actividad reproductiva. Algo en lo que el acusado no está de acuerdo, pues lo considera un “ataque grave a su integridad”.
Durante su intervención ha lamentado que le presenten como “un toro rabioso con afán reproductor”. Mientras, su abogado ve en esta petición un “intento de castración jurídica”. La expectación generada en torno al caso ha llenado la sala de los tribunales, por lo que se ha tenido que habilitar una adicional para el público presente. A su llegada, se ha presentado como un “papá donante” que está “vacunado y sanísimo”.
En su discurso, asegura que estas donaciones forman parte de su “trabajo”, que define como “un servicio con valor añadido”, al estar en contacto con su prole. Según ha asegurado, acude a los nacimientos de, cumpleaños y diplomas escolares de los hijos, pero desde Donorkid denuncian que se trata de un “extraño experimento social” al que se debe poner fin cuanto antes. En su demanda, se incluye una petición de una multa de 100.000 euros cada vez que reincida.
Además, también se solicita la destrucción de todas las muestras conservadas en las clínicas de fertilidad, salvo en un caso: que una mujer que haya tenido hijos suyos quiera darle un hermano biológico. “Creemos que el juez ha entendido que debe prevalecer el interés del menor, y la importancia que tiene todo esto para su futuro”, explica a El País Ties Van der Meer, presidente de la fundación.
Inactivo en web de donaciones
Según ha señalado Jonathan M., ya no está activo en las páginas web destinadas a las donaciones de semen. Sin embargo, asegura que si hay padres que deseen un nuevo hijo suyo no rechazará su llamada. Ahora, teme ser objeto de chantaje y rechaza ser “el rostro de los donantes masivos”. Su abogado critica esta denuncia y asegura que su cliente “es el dueño de su cuerpo, y las personas tienen derecho al aborto, la eutanasia y también a la procreación”.
Cuestionado sobre la posibilidad de que haya lazos fraternos entre los casi 600 hermanos, la defensa asegura que eso es algo que “depende de los padres. Es un nuevo concepto y depende de nosotros, los adultos, darle forma”. Según explica el abogado, Richard van der Zwan, considera que la verdadera razón de la denuncia está en un documental que quiere grabar la fundación para Netflix. “Hay gente que quiere grabar un documental, nos han pedido información como una de las voces, pero no lo hacemos nosotros”, asegura Mark de Hek, abogado de Donorkid.
Legislación en Países Bajos
Muchas de las madres que optaron por Jonathan M. lo hicieron porque, cuando hablaban con él, aseguraba que no superaría los 25 hijos. Eva fue una de ellas y, al conocer el caso, decidió denunciar. En Países Bajos, desde el año 2004, las donaciones anónimas están prohibidas. Con este fin se creó un registro nacional con información médica sobre los donantes que puede tener relevancia para su descendencia, estado civil, hijos previos y carácter, además de datos personales como los apellidos y el lugar de residencia.
Un listado que, a partir de los 16 años, los hijos pueden consultar. Éste se conserva durante 80 años, pero el gran problema es que las clínicas de fertilidad no comparten entre ellas esta información. Por ello, la actividad del acusado no fue descubierta hasta el año 2017. Fue entonces cuando muchas mujeres que habían acudido a él revelaron sus casos, pero ya era tarde. En el mismo año, la Asociación holandesa de Ginecólogos y Obstetras advirtió de que el demandado ya tenía 102 hijos mediante once clínicas diferentes.
Hasta 2019 se mantenía el tope de 25 hijos por donante, al considerar que de esta forma no había riego de incestos involuntarios entre hermanos que puedan encontrarse en la vida adulta. Desde entonces, la fórmula es diferente: una persona solo puede donar a 12 mujeres diferentes. Teniendo en cuanta que en estos casos las madres suelen tener entre uno y dos hijos, el número final es cercano a los 25 que se establecía previamente.