El barco que OceanGate utilizó en su expedición era demasiado pequeño para el Titan
La empresa habría alquilado una nave rompehielos de más de 60 años de antigüedad debido a que era más barata, pero el Titan no cabía en la cubierta y tuvo que ser remolcado.
Ya hace un mes de la fatídica explosión subacuática del Titan. Los medios no cesan de encontrar nuevas pruebas de que el motivo principal de la tragedia fue la mala praxis. El desoír a los expertos, no tener en cuenta las nociones más básicas de seguridad y, en definitiva, querer duros a pesetas. Porque el ahorrar dinero parece haber sido uno de los motivos detrás de la enigmática actitud que mantuvo la compañía.
Asesores e incluso empleados de la firma imploraron a la directiva que aceptara someterse a una auditoría de seguridad independiente. Pero no hubo forma. Stockton Rush, el CEO -que también murió en el submarino-, no reconocía la autoridad ni los métodos de los organismos que otorgaban estos certificados. Por lo tanto, siguió adelante a pesar de los muchos indicios de peligro.
El New York Times ha revelado recientemente un nuevo y preocupante episodio a este respecto. El barco que se contrató para llevar a cabo la expedición era demasiado pequeño. Se llama Polar Prince. Es una nave tipo rompehielos de más de 60 años de antigüedad. Concretamente, fue construida en 1959. Lo que hizo a los responsables decantarse por ella fue lo barata que era. Pero tenía un inconveniente. El sumergible no cabía en cubierta.
Remolque peligroso
Pero la decisión había sido tomada, el bote tenía que ser el Polar Prince. Lo que restaba ahora era encontrar una vía alternativa de transportar el Titan -ya que subirlo a bordo, que era lo más recomendable, no era una opción-. Lo que se hizo finalmente fue remolcarlo. Durante tres días viajó de esta forma la cápsula que trajo el aciago desenlace de la operación.
Esta forma de viajar pudo haber ocasionado daños en la estructura del sumergible. Aunque es demasiado pronto para establecer si esto pudo tener algo que ver con su destrucción y la posterior muerte de los cinco tripulantes. Los doctos en materia se han dado un plazo dilatado, de al menos año y medio, para poder aseverar con seguridad el motivo que detonó este triste suceso.