El animal desaparecido desde 1929 que ha reaparecido en el mar patagónico
Se trata de la ballena sei, la tercera especie más grande después de la azul y el rorcual común. Hace casi 100 años tuvo que huir de las aguas argentinas debido al aumento de la caza.
Después de casi 100 años de paradero desconocido, un ejemplar de ballena sei ha sido avistado en las costas patagónicas confirmando el regreso de esta especie a los mares argentinos tras desaparecer en 1929. El hallazgo ha sido mérito de un equipo de científicos de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y del Centro Nacional Patagónico.
Científicamente conocido como Balaenoptera borealis, esta ballena es considerada la tercera especie más grande después de la azul y del rorcual común. Puede llegar a medir hasta 18 metros de largo y pesar más de 20 toneladas. Su fisionomía es más esterilizada que la ballena franca y, a diferencia de esta, es una de las más rápidas del mundo marino.
Esta ballena se alimenta de crustáceos y peces, aunque su dieta principal es el krill, y tiene una esperanza de vida que de entre los 50 y los 70 años. Según la lista de la Unión Internacional para la Conversación de la Naturaleza (UICN), esta especie se encuentra en peligro de extinción. Aunque se desconoce con exactitud la cantidad de ejemplares que viven en la actualidad, se estima que solo podrían quedar entre 10.000 y 50.000 de ellas.
Desaparición por la caza masiva
En 1929, la ballena sei tuvo que huir de las aguas argentinas en busca de nuevos hábitats como consecuencia de la caza indiscriminada. La razón de su caza era que su grasa servía como combustible de lámparas y cera de vela, algo muy cotizado en el comercio de la época.
Según Infofabe, se estima que cerca de 300.000 ejemplos fueron cazados y otros 110.000 fueron capturados en el hemisferio sur. Esto provocó que la población se redujera en un 80%, un dato ensordecedor que catalogó oficialmente a la especie “en peligro”.
Además, esta especie no fue únicamente cazada en aguas del Atlántico sur, sino que también corría peligro en mares europeos. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, en la Península Ibérica se registran capturas de estas ballenas hasta la década de 1970.
Seguimiento meticuloso
Los investigadores llevan décadas analizando el seguimiento de estos cetáceos por varios métodos. Entre 2003 y 2004 se dieron los primeros registros de respiraciones inusuales en el mar, propias de esta especie, lo que llevó a los científicos a la incorporación de un dron que pudiese recabar ciertas muestras en las profundidades marinas.
A partir de la extracción de pequeñas muestras de piel y de grasa, y su posterior análisis en un laboratorio de Brasil, se confirmó que se trataba de ballenas sei. Consecuentemente, la Fuerza Aérea Argentina realizó diversos vuelos para estimar la presencia de estos ejemplares en sus aguas para que, posteriormente, los investigadores colocasen dispositivos de seguimiento en media docena de ejemplares.
A partir del reciente hallazgo de uno de estos cetáceos en las costas patagónicas y, por ende, su consecuente regreso a los mares argentinos, los científicos ahora ponen en marcha nuevos estudios para obtener más información acerca de esta no tan conocida especie. Se trabaja por conocer exactamente de qué se alimenta y cómo se relacionan con el resto de especies que habitan en la zona patagónica.
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