EEUU se anexiona un terreno que es dos veces España
El país norteamericano añade una gran superficie submarina, clave en la explotación de recursos minerales.
En medio de un escenario de incertidumbre internacional, con la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamás, Estados Unidos ha llevado a cabo una ‘silenciosa’ anexión de tierras. A finales del pasado mes de diciembre, el país norteamericano se hacía con una extensión equivalente a dos veces el área de España tras ampliar su zona económica exclusiva más de las 200 millas náuticas que fija la legislación internacional.
Después de un largo proceso de mapeo del lecho marino de Ártico, el Pacífico, el Atlántico y el mar de Bering, que se ha prolongado durante dos décadas, EEUU se ha hecho con una superficie de un millón de kilómetros cuadrados, gran parte frente a las costas de Alaska. Un crecimiento que no fue anunciado por el presidente Joe Biden, sino que pasó de ‘puntillas’ en un comunicado diplomático. “Hoy, el Departamento de Estado ha actualizado las coordenadas geográficas que definen los límites exteriores de la plataforma continental de los Estados Unidos en áreas más allá de las 200 millas náuticas desde la costa, conocida como la plataforma continental extendida”.
Así, EEUU gana una superficie submarina en varias direcciones. Según el Gobierno estadounidense, han redefinido su plataforma continental amparándose en las leyes internacionales. Esta plataforma es la extensión de la masa terrestre que se encuentra debajo del agua en la zona costera, y se extiende desde la misma costa hasta una zona donde la pendiente empieza a descender alrededor de los 200 metros de profundidad.
El derecho a los recursos
Esta anexión supone la mayor expansión administrativa desde que se fijara la Zona Económica Exclusiva de Estados Unidos, allá por el año 1983. La expansión de esta plataforma puede ser importante en disputas sobre derechos de soberanía y recursos marinos, especialmente en un contexto tan delicado internacionalmente como el de la actualidad.
Dentro de la zona económica exclusiva, los países tienen el derecho exclusivo para explorar y explotar los recursos económicos, ya sea en la superficie o en el lecho marino. No obstante, no tiene control sobre la navegación o la investigación científica, libres para todos los países.
El asunto cobra especial relevancia teniendo en cuenta la situación de tensión con Rusia, un país que ha amenazado con retirarse de la Convención de las Naciones Unidas que regular el Derecho del Mar, aquella que aborda las cuestiones relativas a los límites marinos y las disputas relacionadas.
El Ártico, posible nuevo objetivo
El constante deshielo del Ártico, a un ritmo cada vez mayor, hace que sea un objeto de deseo para muchos países, al hacerse más navegable y al poder explotar sus recursos. Rusia, en alguna ocasión, ha advertido sobre posibles expansiones en dicha zona. Diversos expertos creen que este es un primer paso de Biden hacia una reclamación de tierras en el Ártico.
Mead Treadwell, quien fuera presidente de la Comisión de Investigación del Ártico en EEUU, asegura que “cuando se adquiere una extensa propiedad inmobiliaria, es el momento de establecer una estrategia sobre qué hacer con ella. El derecho internacional otorga claramente a un estado costero la autoridad para gestionar su lecho marino, incluso para tuberías submarinas y cables autorizados internacionalmente”. Merece la pena mencionar que la plataforma continental estadounidense cuenta con minerales clave para la producción de los codiciados semiconductores: cobalto, níquel, litio, grafito y cobre, entre otros, importantes también para la tecnología militar.
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