Dos científicos se unen para revelar la física detrás de cómo evitar salpicaduras al orinar
Para realizar el experimento, Randy y Tadd diseñaron con una impresora 3D un pequeño cilindro de 8 mm x 3 mm que expulsa agua a 21 mililitros por segundo.

Todo aquel que haya tenido que enseñar a un niño pequeño a ir al baño sabe que las salpicaduras de orina pueden ser un problema recurrente. Además de ensuciar el baño, pueden manchar la ropa o a cualquier persona cercana. Para evitarlo, un grupo de científicos ha llevado a cabo un experimento muy curioso.
Se tratan de Randy Hurd y Tadd Truscott, dos científicos de la Universidad de Brigham Young, en Utah, Estados Unidos. En su investigación Splash Lab, los jóvenes decidieron encontrar cual es la manera óptima de orinar para evitar las salpicaduras, y han encontrado la clave.
Para realizar el experimento, Randy y Tadd diseñaron con una impresora 3D un pequeño cilindro de 8 mm x 3 mm conectado a un tubo que contiene agua a presión para simular el flujo de orina de un hombre adulto: 21 mililitros por segundo.
Utilizando una cámara de alta velocidad, los científicos registraron como el agua impactaba contra una superficie sólida, que emula la pared del urinario, y una superficie líquida, que imita el agua del inodoro. Debajo de todo ello se colocó un papel blanco que les permitió registrar las salpicaduras de agua.
Y los resultados fueron muy claros. El tamaño y la velocidad del líquido no fueron los principales factores a la hora de explicar las salpicaduras, sino el ángulo de impacto.
“Un ángulo de impacto más pequeño produce menos salpicaduras. Apuntar al lateral suele ser la mejor opción”, explicó Hurd.
Si empleamos un ángulo de 90 grados, por ejemplo, la orina produce muchas más salpicaduras que si lo hacemos en un ángulo de 30 grados, que suele ser la opción óptima.
Otras opciones para evitar las salpicaduras
Sin embargo, para eliminar completamente las salpicaduras a la hora de orinar solo existe una opción: sentarse en el inodoro. Al estar de pie, el líquido debe viajar aproximadamente cinco veces más de lo que requiere al estar sentado, provocando que el flujo de orina se rompa en pequeñas gotas.
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“Estas gotas de alta energía crean un gran chapoteo y rebotan en el exterior de la taza del inodoro. Físicamente, es muy difícil evitar que algunas de esas gotas se escapen del recipiente”, concluye Hurd.
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