‘Dormir a la noruega’, la práctica común en los países escandinavos que gana adeptos

En Noruega, Suecia y Dinamarca existe una costumbre que sorprende a quienes llegan por primera vez: las parejas duermen en la misma cama, pero con edredones individuales. Esta práctica, conocida como “dormir a la noruega”, está despertando curiosidad en otros países por sus beneficios en la convivencia y el descanso.

El primero de ellos, es la regulación de temperatura. Cada persona tiene una percepción distinta del frío y el calor, por lo que usar edredones separados permite adaptar el grosor y la temperatura a gusto propio. Que nadie tire de tu manta, que nadie te deje con la espalda al aire, son pequeños detalles que ayudan al descanso.

Mayor higiene y practicidad: los edredones individuales son más fáciles de lavar y secar. Más fáciles de cambiar la funda nórdica (ahora que llegará el frío es el momento de practicar); una cama inmensa, dos edredones permite esa comodidad de las medidas adaptadas, por si acaso tienes una cama inmensa donde te puedas poner en cualquier postura.

Lejos de ser una forma de distanciamiento, esta tendencia no debe confundirse con el “sleep divorce”, donde las parejas duermen en camas separadas. Dormir a la noruega mantiene la cercanía física, pero mejora la calidad del sueño y la convivencia.

Por qué es mejor dormir en pareja

Según la Sleep Research Society, hasta un 30% de la calidad del sueño de una persona está influida por los patrones de sueño de su pareja. Las interrupciones por movimiento, temperatura o “robo de manta” afectan directamente al descanso.

Un estudio de la Universidad de Arizona (SLEEP 2022), demostró que dormir con la pareja mejora el sueño: menos insomnio, menos apnea, más tiempo dormido. También se asocia con menor depresión, ansiedad y mayor satisfacción vital.

La Universidad de Kiel (Alemania) añade a estas investigaciones un estudio que refleja que dormir juntos aumenta el sueño REM y sincroniza los ciclos de sueño entre ambos. La profundidad de la relación influye en la calidad del descanso compartido.

El doctor Michael Gradisar, Director de Ciencias del Sueño en Sleep Cycle, respalda este método destacando que casi un tercio de las interrupciones del sueño se deben al movimiento de la pareja. Al reducir estas interrupciones con ropa de cama personalizada, se crea un ambiente adaptado a las necesidades de ambos. El uso de dos edredones reduce un tercio de las interrupciones nocturnas. Mejora el descanso sin afectar la intimidad emocional.

El método escandinavo ayuda a gestionar otros problemas comunes del sueño. Cuando cada miembro de la pareja tiene su propia ropa de cama, la transferencia de movimiento se reduce significativamente, lo que reduce la probabilidad de que las vueltas en la cama de uno interrumpan el sueño del otro. Este enfoque también minimiza eficazmente los desacuerdos relacionados con el sobrecalentamiento o el frío excesivo, problemas que, si no se abordan, pueden provocar un ciclo de noches sin descanso y mañanas aturdidas.

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