Detectan en Tenerife caracoles gigantes africanos
Estos animales, una especie invasora en nuestro país, pueden transmitir meningitis, además de afectar a la agricultura local.
La presencia de especies de animales que no son autóctonas de una zona concreta puede suponer un riesgo no solo para otros animales que conviven en la región, sino también para la sociedad. En los últimos días la Red de Detección e Intervención de Especies Exóticas Invasoras en Canarias (RedEXOS) ha notificado la presencia de una especie que no es común en España: el caracol gigante africano (Lissachatina fulica), uno de los más grandes de este tipo de moluscos.
Concretamente se ha detectado su presencia en Tenerife. Esta especie exótica invasora conlleva sus riesgos para la población: además de suponer un riesgo para la agricultura y el ecosistema local, también puede transmitir una forma de meningitis. Esto es porque es transmisor de diferentes parásitos, entre ellos un gusano nematodo.
El caracol gigante africano puede llegar a medir cerca de 30 centímetros, pudiendo encontrar ejemplares más pequeños. Este tipo de caracol tiene una concha en forma de cono, con vetas de colores marrones y amarillas, siendo su extremo de tonos más claros.
Riesgo de infección
El organismo advierte que no se debe tocar al animal en caso de encontrarlo, a fin de evitar una posible infección. Y es que no es necesario consumirlo para exponerse a una enfermedad, pues basta con tocarlos con las manos y, después, llevarlas a la boca. Y no solo eso, ya que también existe riesgo de infección por consumir vegetales crudos o mal cocinados que estén contaminados por sus secreciones.
Las autoridades no se toman a la ligera la presencia de animales exóticos que puedan afectar a la vida de las especies nacionales, y en el pasado mes de marzo la Guardia Civil intervino en el aeropuerto de Bilbao hasta 38 caracoles gigantes africanos vivos en el equipaje de una pasajera procedente de Nigeria que se dirigía a París. Los animales tenían un tamaño cercano a los 10 centímetros, con un peso total de 5,3 kilos.
Se trata de una especie originaria de África Oriental, especialmente en Kenia y Tanzamia, si bien con el paso del tiempo ha sido introducida por el hombre en algunas zonas tropicales y subtropicales, además de islas del Pacífico y el Sudeste Asiático. Fue identificado por primera vez fuera del continente africano en India, en 1847, y desde entonces su presencia ha crecido sobre todo en países tropicales.