Desesperación de Putin: busca soldados fuera de Rusia con este salario
El presidente ruso, sin paramilitares en la actualidad, ficha combatientes en países como Armenia o Kazajistán. Ofrece un pago inicial y un sueldo mensual.
La muerte de Yevgeni Prigozhin, líder del grupo Wagner, la empresa militar que sirve a los intereses militares de Rusia, ha planteado nuevos interrogantes sobre el destino de los mercenarios, dos meses después de su intento fallido de sublevación.
Tan solo un 4% de sus mercenarios se han unido al ejército ruso, otros 8.000 permanecen en Bielorrusia y hay más de 5.000 operando en África. Sin embargo, la verdadera cuestión que queda por resolver es cómo redistribuye Vladímir Putin las piezas de este aparato empresarial y cuáles serán las consecuencias.
Rusia busca aislamientos fuera del país
Sin paramilitares en la actualidad, el Estado afronta la operación especial con desesperación, e intenta conseguir nuevos hombres por todos los medios. De hecho, la Duma ha votado ya a favor de extender la edad del servicio militar de los 27 a los 30 años.
Además, la televisión rusa ha confeccionado programas de entrevistas a familiares de soldados para ensalzar el heroísmo de sus hijos, maridos, nietos y amigos que han dado la vida por la patria en los últimos meses. Por si esto fuera poco, Rusia está llegando a buscar aislamientos fuera del país.
Putin no quiere militarizar a más ciudadanos rusos en vano
‘Hombro por Hombro’ es una campaña encabezada por el Kremlin que pretende usar de cantera a países vecinos y servir de influencia rusa para enviar al frente a sus hombres. Con el agotamiento de gran part de los recursos en casa, Moscú se ha propuesto convertir a las juventudes armenia, kazaja o takiya en las próximas defensora de Rusia en el frente.
Para ello, ofrece un pago inicial de 495.000 rublos (4.700 euros) y un salario mensual a partir de 190.000 rublos (1.800 euros), según el Ministerio de Defensa británico. De cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo año, además, Putin siente una enorme presión por no militarizar a más ciudadanos rusos en vano.
Gran inversión
El pasado domingo, el presidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, exhibió que el Kremlin había reclutado a unas 280.000 personas desde enero. A principios de agosto, la misma cifra era de 230.000, lo cual podría significar que 50.000 personas hayan sido llamadas a filas sólo en agosto.
De todas las incorporaciones, se desconoce qué porcentaje lo componen conscriptos rusos y cuántos son extranjeros. Ahora bien, lo cierto es que Moscú ha invertido este verano en acercarse a los jóvenes de algunos países vecinos, sobre todo en Armenia y Kazajistán.
“Eres un hombre. Sé un hombre”
En ambos países, se han difundido vídeos que apelan a la masculinidad para convencer a sus ‘chicos’ a alistarse. En una de las publicaciones, se aprecia a un taxista, un vigilante de seguridad y a un entrenador tomando la decisión y cambiando sus uniformes por el del Ejército ruso. “¿Es este el tipo de protector que soñabas ser? ¿Es ésta tu fuerza? ¿Es este el camino que querías tomar? Eres un hombre. Sé un hombre”, rezaban los rótulos.
Posibles consecuencias
Aunque los reclutamientos han sido más vehementes en la región kazaja de Kostanái, al norte del país, donde hay una gran presencia de población de etnia rusa, el Estado ruso ha insistido en la participación de migrantes de Asia Central en la operación especial en Ucrania.
Estos nuevos combatientes por Rusia podrían tener problemas a la hora de regresar a sus países de origen, ya que sus Gobiernos y leyes prohíben alistarse a ejércitos extranjeros, y desde el inicio de la guerra se han emitido distintas normas que condenan la colaboración con Rusia en su operación especial.