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Decepción, el lugar en el que se encuentra la base española más remota del mundo

La isla Decepción forma parte del archipiélago de las Shetland del Sur y tiene una estructura geológica única en la zona. Hilo Moreno, guía polar, explica a AS las insólitas condiciones del lugar.

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Base Gabriel de Castilla / Wikimedia Commons

En realidad es un volcán. Pertenece a la Antártida pero, según la Armada española, es la única isla de las Shetland del Sur que nunca está completamente helada. En el continente helado la temperatura media anual oscila entre los -10ºC y los -60ºC, pero en la isla de la que hablamos la nieve se derrite por la temperatura de la tierra, se producen fumarolas de forma frecuente y sus playas son negras, de lava. Bienvenidos a la isla Decepción, el lugar que ‘arde’ en mitad del océano Antártico.

El origen de su nombre todavía es una incógnita. Sin embargo, una de las teorías más aceptadas se basa en la traducción errónea de la palabra inglesa deception, que significa ‘engaño’ y no ‘decepción’. El explorador y cazador Nathan Palmer llamó ‘engaño’ al terreno porque pensó que había llegado a otra isla similar a las de la Antártida. Cuando vio que estaba encima de un volcán activo, se dio cuenta del ‘engaño’.

“Es una isla muy diferente al resto, pertenece a las Shetland del Sur y es una caldera natural que forma un puerto, el Puerto Foster. Es diferente porque es muy negra debido al origen volcánico, además de su arena negra. Tiene muy poco hielo. En general tiene muchas peculiaridades, pero cuando estás ahí y lo ves todo negro, que no hay hielo ni nieve en gran parte del verano, llama mucho la atención”, explica a Diario AS Hilo Moreno, guía polar en la Antártida y embajador de la plataforma viajera Ruteon y de la marca Helly Hansen.

El engaño, en ocasiones, llegó en forma de una ensordecedora erupción, tal y como registró la base antártica chilena Arturo Prat en 1970, que a pesar de encontrarse a 75 kilómetros de Decepción, pudo ver los efectos del estallido. “Comunicaciones afectadas desde las 21 horas del 12 hasta las 05 del 13. Lluvia de arena volcánica, cascajo (lapillis) de hasta un centímetro de diámetro y polvillo de color negro. El ambiente anormal y olor a piedra fundida”, señaló la estación, tal y como recoge la Armada Española.

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Lugar de científicos, piratas y pingüinos

Tiene forma de herradura con una caldera rodeada por un anillo montañoso, unas condiciones que certifican su estructura geológica. La excepcionalidad y condiciones de esta isla ha atraído durante años a balleneros, científicos, marineros y piratas. También a España, que tiene allí una de sus dos bases militares, la Gabriel de Castilla, inaugurada como refugio en 1989, que tiene una capacidad para albergar a casi 30 personas.

“Para entrar a al puerto natural de Decepción hay que entrar por una parte estrecha, llamada los Fuelles de Neptuno, que es tan estrecho que los barcos tienen que comunicarse, porque no pueden cruzarse. La isla cuenta con mucho interés científico por el asunto sísmico, por los volcanes. También hay colonias de pingüino barbijo, es una isla muy especial que tiene muchas cosas que no hay en el resto de la Antártida”, señala Hilo Moreno.

Una de esas peculiaridades es el único cementerio de toda la Antártida: “La isla cuenta con una gran cantidad de restos arqueológicos humanos porque fue de las primeras islas visitadas por los foqueros en el siglo XIX, en la década de 1820. Allí se estableció una compañía ballenera noruega y montaron la estación ballenera Hektor con grandes depósitos. En la isla hay hasta un cementerio, que yo creo que debe ser el único de la Antártida”.

Según explica la web del Grupo de Gestión de la isla, Decepción “posee una flora escasa pero excepcional, con por lo menos 18 especies de musgos o líquenes que no han sido registrados en ningún otro lugar de la Antártida, dos de los cuales son endémicos. Ningún otro área de la Antártida es comparable. Además, 9 especies de aves marinas se reproducen en la isla junto a la mayor colonia del mundo de pingüinos de barbijo ubicada en Baily Head, en la costa sudoeste, donde anidan unas 100.000 parejas”.

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La base española más remota del mundo

En Decepción se encuentra la base Gabriel de Castilla, que recibe su nombre en honor al almirante español que en 1603 navegó por aquellas aguas heladas. La base alberga todos los años a los científicos que participan en la campaña antártica española, aunque otros tantos son destinados a la isla Livingstone, donde nuestro país tiene otra base, la Juan Carlos I.

“Dentro de Decepción está la base española Gabriel de Castilla, que ha tenido numerosas remodelaciones. Ahora mismo tiene una capacidad para 28 personas, tiene laboratorios, módulo de vida y es muy acogedora. La gestiona el Ejército de Tierra y abre todos los veranos. La isla también tiene una base inglesa, que ya no abre, y otra argentina, que abre algunos veranos”, explica Hilo.

En la Gabriel de Castilla España “proporciona un imprescindible apoyo a investigadores españoles y del resto de nacionalidades, para que realicen su trabajo en condiciones óptimas” y se “desarrollan proyectos propios, de interés para el Ministerio de Defensa, que serán aplicados en los distintos ámbitos del Ejército y se persigue difundir el trabajo conjunto entre civiles y militares con una finalidad común el desarrollo científico”, según explica el Ministerio del Interior.

En la isla también hay una pista para aviones “desde donde se hizo el primer vuelo de la Antártida”, según Moreno. “Por todos esos motivos, por la cantidad de restos, de su interés de fauna, los asuntos vulcanológicos… hay mucho turismo” que ahora “se está controlando”. La Antártida registró en la temporada veraniega de 2018-2019 (el verano allí sucede en los meses de inverno en España) la visita de 55.000 turistas y unos 10.000 científicos, según datos citados por El País. La delicadeza del ecosistema hace necesaria una regulación para proteger el paraíso helado.

El riesgo del turismo antártico

“El puerto natural es muy bueno para los barcos y para pequeños veleros que van ahí a refugiarse. Ahora mismo el turismo se está controlando, es una ‘amenaza’ porque es un ecosistema muy sensible y ha de ser regulado, y en ello está el Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida (IAATO), que dice cuántos barcos pueden entrar y cuántas personas pueden desembarcar”, cuenta Hilo Moreno. Según el Tratado Antártico, se han visto grafitis sobre estructuras históricas en la Caleta Balleneros de la isla Decepción, además de la sustracción de artefactos históricos. En otras zonas de la isla, la colonia de pingüinos de barbijo está disminuyendo y “puede estar más sensible a perturbaciones”.

Decepción es un lugar único en la Antártida cuyo devenir dependerá de cómo gestione el humano sus visitas y, en definitiva, lo que dicte la madre naturaleza. “A pesar de todo el delicado equilibrio medioambiental, Decepción se aparta de ese esquema con un panorama desalentador, ya que el futuro de la isla dependerá irremediablemente del destino que la actividad geodinámica del planeta le tenga reservado”, concluye la Armada española.