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SOCIEDAD

Compra unos platos de segunda mano y descubre que eran de Picasso

Nancy Cavaliere adquirió un juego de platos por seis dólares en una tienda de segunda mano, y tras conocer que eran obra de Picasso, los vendió por 34.000 dólares en una subasta.

Platos de Picasso
Catakiwi

La compra de artículos de segunda mano se ha vuelto un recurso para aquellas personas que no quieren gastarse mucho dinero en ciertos artículos, cuando los pueden adquirir usados o algo desgastados por un precio inferior al habitual. Hay ocasiones en las que conseguir algunos artículos se puede convertir en una ganga, pero lo que no sabía Nancy Cavaliere es que iba a adquirir una obra de arte procedente de un artista de mucho renombre en una tienda de segunda mano.

Cavaliere es toda una apasionada de las tiendas de segunda mano y un día que acudió a sus tiendas favoritas encontró unos platos extraños que tenían un parecido a rostros humanos, y compró el juego enteró por un total de seis dólares, a 1,99 por plato. Una vez ya en casa, le dio la vuelta a los platos y se percató de lo que había comprado.

“Me topé con los platos durante mi viaje diario a la tienda. Al salir me di cuenta de que habían añadido vajilla nueva a los estantes. Mi primera reacción fue que serían un gran paisaje de mesa, pero después les di la vuelta y vi la etiqueta de Picasso”, aseguró en una entrevista para Newsweek.

En su oficina comenzó a buscar la posible procedencia de los platos, y al tiempo descubrió que el popular artista español, Pablo Picasso, aparte de cuadros, también realizó todo tipo de cerámica, incluidas jarras, platos, cuencos y jarrones. Los platos que adquirió pertenecían a un conjunto aún más grande que fabricó el artista.

Una ganga de 34.000 dólares

Nada más encontrar en Internet que el juego de paltos que había comprado en la tienda de segunda mano podría pertenecer a Picasso, Cavaliere no dudó en acudir a varias casas de subastas en Nueva York, y descubrió que cada plato podría alcanzar un valor de 4.000 euros. “Fue absolutamente una locura. Estaba viendo la subasta desde la oficina, gritando, llorando y vomitando”, confesó Nancy.

Finalmente, los platos que le costaron seis dólares en la tienda de segunda mano se acabaron vendiendo por 34.000 dólares en una subasta. “No parecía real. Invertí el dinero en la bolsa de valores inmediatamente. No confiaba en mí misma. Me siento financieramente segura por primera vez en mi vida”, declaró a The Guardian.

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