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Compra una cámara vieja por 2,50€ en una tienda de segunda mano y encuentra un tesoro dentro: “Pensé que sería divertido”

Un ciudadano belga la adquirió como adorno y descubrió que dentro aún había una carrete intacto.

Compra una cámara vieja por 2,50€ en una tienda de segunda mano y encuentra un tesoro dentro: “Pensé que sería divertido”
Wallapop
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Tesoros hay en todas partes y encontrarlos a veces suponen una simple casualidad. Una compra por impulso en una tienda de segunda mano es un ejemplo de ello. Stefaan Knaps, un ciudadano belga de 52 años residente de Averdobe, al noroeste de Bruselas, adquirió una vieja cámara de cajón por apenas dos euros y medio. No era fotógrafo ni coleccionista, simplemente le pareció “una pieza bonita” para decorar su salón. Pero lo que no esperaba era encontrar en su interior un rollo de película todavía sin revelar, que acabaría devolviéndole imágenes olvidadas de otra época.

Según detalla el medio HLN, Stefaan había entrado en el establecimiento buscando vinilos para su colección. Sin embargo, al pasar por una vitrina, le llamó la atención una antigua cámara alemana Alfor, que a su impresión le pareció preciosa. “No tenía ni idea de fotografía, ni del tipo de cámara que era, pero por ese precio no me lo pensé”, cuenta en un reportaje del citado tabloide.

La máquina, de los años cincuenta, era una cámara de cajón, un modelo básico y robusto que requería rebobinar manualmente la película tras cada foto. Al inspeccionarla más a fondo en casa, Stefaan descubrió que contenía un carrete sin revelar, de un formato antiguo ya en desuso. Intrigado, se puso a investigar cómo podría recuperarse el contenido.

Tirar de la cuerda hasta encontrar a los protagonistas

Tras algunas gestiones, dio con Guy Meurs, un fotógrafo de la localidad cercana de Halen, que aún trabaja con técnicas tradicionales de revelado. “Me dijo que la película estaba en bastante buen estado y logró hacer copias de las imágenes. Incluso me puso un carrete nuevo. Resulta que la cámara funciona perfectamente. En breve saldré a hacer algunas fotos con ella”, comenta el comprador.

Pero el descubrimiento no quedó ahí. Las instantáneas reveladas mostraban escenas cotidianas pero entrañables: un hombre con dos niños, los niños solos en otra toma, y una imagen del mismo hombre practicando tiro con arco. Aunque las fotos no tienen fecha, por el estilo y la vestimenta podrían datar de mediados del siglo XX. “No sé quiénes son, pero esas fotos siguen siendo recuerdos de alguien, o de alguien querido, y me encantaría que volvieran a sus manos”, afirma Stefaan.

Para intentar encontrarlos, publicó las imágenes en un grupo de Facebook de Diest, la ciudad donde compró la cámara. Sin embargo, no tiene forma de saber si la cámara fue entregada allí o venía de otro lugar del país, o del continente.

En palabras del propio fotógrafo Meurs, no es inusual que la gente aparezca con cámaras antiguas que aún contienen película, pero rara vez puede recuperarse algo útil. “La mayoría de veces la película está dañada por el paso del tiempo o la humedad. El hecho de que esta haya sobrevivido y se hayan podido hacer copias es bastante excepcional”, explica.

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Así, lo que empezó como una compra para decorar una estantería se ha convertido en una pequeña cruzada personal para devolver unos recuerdos congelados en el tiempo a quien les pertenezca.

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