¿Cómo funciona el WC de un avión? Así es el sistema de vacío que evita el “hielo azul” en pleno aire

Cuando nos montamos en un avión o vemos una escena de una película en la que un tripulante entra en el baño de la aeronave, es muy común preguntarse ¿Cómo funcionan los baños de los aviones?, o ¿A dónde van a parar los residuos que echamos en el váter? La realidad es que en los aviones no se puede recurrir al agua cuando vamos a hacer nuestras necesidades en el baño; en cambio, los aviones utilizan aire.

Para no utilizar agua en los inodoros de los aviones, se emplea un sistema estándar de evacuación, el que utiliza presión diferencial de aire para vaciar la taza. Este sistema fue creado por James Kemper en 1975, y destina los depósitos de residuos hacia la parte trasera del avión, y en ocasiones también en la delantera. Al pulsar el botón de descarga, se abre una válvula en la parte inferior de la taza del inodoro, conectada a una tubería situada debajo, la cual envía los residuos creando un vacío que aspira lo que hay en la taza, evitando el hielo azul en la aeronave.

“Al pulsar el botón, se abre la válvula y, en cuanto se abre, la succión lo extrae todo. Entonces la válvula se cierra”, explica Nigel Jones, experto en ingeniería aeronáutica de la Universidad de Kingston. Al estar los inodoros recubiertos de teflón, “nada se pega, y la presión diferencial elimina todo muy rápidamente”, señala Jones. Cuando los depósitos se llenan, estos se vacían mediante los “vagones de miel”, unos vehículos de servicio aeroportuario que vacían el depósito y se llevan el contenido para procesarlo en las instalaciones del aeropuerto.

El hielo azul

Este término no es muy conocido entre las personas que viajan en avión, pero entre los operarios de los aeropuertos sí. En concreto, se trata de los vertidos accidentales de aguas residuales de los aviones. Jamás se han arrojado residuos desde los aviones a las atmósferas, pero en caso de que haya una fuga en el tubo de descarga, debido a las temperaturas del aire, dichos residuos se congelan automáticamente.

“Llegaría a un punto en que es demasiado pesado para adherirse al panel de mantenimiento del inodoro, así que se caería y eso sería el hielo azul”, asegura Jones. “No es más que una tubería diminuta, y la gente mete cosas como pañales; he visto bajar cubiertos y [latas de refrescos], están fascinados por ver si bajan o no”, afirma Jones en relación a los objetos que suelen ser tragados por los retretes de los aviones.

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