Científicos detectan estas tres edades críticas en el envejecimiento cerebral con un lenguaje oculto de las proteínas
Según un estudio de ‘Nature’, los 57, los 70 y los 78 años marcan significativamente transiciones hacia la demencia o ACV.
Según una investigación científica publicada en la revista Nature Aging, hay 13 indicativos sobre cómo envejecemos y nos daría las pistas para prevenir enfermedades neurodegenerativas. La clave está en las proteínas, un hallazgo que podría ser crucial para desarrollar intervenciones personalizadas que ayuden a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Zhengzhou en China, utilizó datos de imágenes cerebrales y análisis de proteínas en el plasma sanguíneo de casi 11 mil adultos sanos. Entre las proteínas identificadas, destacan la Brevican (BCAN) y la GDF15, que están asociadas con la demencia y el ictus. Estos descubrimientos abren la puerta a nuevas terapias y estrategias para retrasar el deterioro cognitivo y mejorar la salud cerebral a lo largo de la vida.
Cuando se confirme que la proteína GDF15 está relacionada con el riesgo de accidente cerebrovascular, se podrán plantear estrategias para monitorizarla y reducir ese riesgo. Más, teniendo en cuenta que la tendencia es que todos los países tengan una población realmente envejecida los próximos años.
Las proteínas más importantes
- Brevican (BCAN): Asociada con la estructura y función del cerebro, y vinculada a la demencia.
- GDF15: Relacionada con el envejecimiento y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
- Clusterina (CLU): Implicada en la regulación de la inflamación y la reparación de tejidos.
- Neurofilamento ligero (NfL): Un marcador de daño neuronal y neurodegeneración.
- Proteína ácida fibrilar glial (GFAP): Indicativa de la activación de células gliales en el cerebro.
Para prevenir se utilizan los biomarcadores, de varias maneras, para desarrollar tratamientos y estrategias preventivas en medicina: como tener un diagnóstico temprano; llegar a una medicina personalizada; monitorear durante un tiempo la progresión de la enfermedad; predecir la respuesta al tratamiento en sí, e identificar individuos con alto riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, permitiendo intervenciones preventivas tempranas.
Para prevenir enfermedades neurodegenerativas, se recomiendan varios cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a mantener la salud cerebral: realizar ejercicio de manera regular, llevar una dieta saludable, tener una estimulación cognitiva, gestionar de la mejor manera el estrés, tener unas relaciones sociales positivas, un sueño reparador y estable, y evitar en la medida de lo posible el consumo de sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol.
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