“Aunque hay momentos duros, trabajar en equipo y saber que estamos ayudando nos da fuerza”

Tras la DANA que ha asolado municipios de Valencia y ha afectado también a la localidad de Albacete, son muchas las unidades de diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplazadas para realizar tareas de reacondicionamiento, ayuda, mantenimiento…

En Diario AS nos hemos puesto en contacto con el capitán Borja Varela, de la UME, para conocer cómo se organizan, qué priorizan, cómo afrontan a nivel psicológico una situación como la actual, y hasta cuándo van a estar desplegados.

Pregunta - ¿Qué es lo imprescindible en una situación de emergencia?

Respuesta - Lo esencial en una situación de emergencia es la organización, rapidez y preparación. Es una combinación entre tener el equipo necesario y, sobre todo, estar bien coordinados. Cada minuto cuenta, así que nuestra prioridad es llegar rápidamente y actuar de forma eficaz y con seguridad en cada intervención y estar entrenados para no tener que improvisar nada, porque en las emergencias la improvisación es el peor enemigo.

P - Siempre vemos a los militares con una mochila bien cargada, ¿qué llevan?

R - Nuestra mochila lleva lo indispensable para poder operar y mantenernos en condiciones para acometer nuestras tareas. Hablamos de un equipo básico con comida, agua, mudas, herramientas de rescate y un kit de primeros auxilios. Estos elementos están pensados para responder en condiciones adversas, para que podamos adaptarnos a distintas situaciones y ofrecer apoyo en lo que sea necesario.

P- ¿Cómo se decide el contingente más adecuado?

R - El contingente se selecciona en función de la magnitud de la emergencia, las necesidades logísticas y el tipo de ayuda que se requiera. Por ejemplo, en una inundación severa necesitamos equipos especializados en rescate acuático, mientras que en incendios forestales se requiere equipos específicos de extinción y apoyo aéreo. Cada intervención exige un despliegue específico, coordinado con los demás cuerpos de emergencia. Todos los intervinientes de la UME están instruidos y adiestrados para poder intervenir en cualquier tipo de emergencia.

P - ¿Qué se prioriza en una situación como la actual: vivos, fallecidos, limpieza, electricidad..?

R - Lo primero es siempre el rescate de personas vivas y la asistencia a heridos. Una vez afianzados la seguridad y el apoyo de quienes están en peligro, se trabaja en la limpieza y en el restablecimiento de servicios esenciales, como electricidad y agua, para evitar nuevos riesgos y facilitar la recuperación de la zona. Nuestro enfoque es escalonado, priorizando siempre la vida humana por encima de todo.

P - ¿Cómo les afecta psicológicamente lo que están viendo y viviendo, ¿sobrepasa de alguna manera?

R - Vivir estas experiencias es difícil y puede afectar emocionalmente. Ver situaciones extremas y el sufrimiento de los afectados es algo que nos impacta a todos. Afortunadamente, el entrenamiento y el apoyo psicológico que recibimos nos ayudan a gestionar estas emociones y mantenernos enfocados en la tarea. Aunque hay momentos duros, trabajar en equipo y saber que estamos ayudando a las personas nos da fuerza para seguir adelante.

P - ¿Qué situación de las que han escuchado estos días les ha ‘tocado’ más?

R - Siempre hay casos que impactan más, especialmente cuando se trata de víctimas vulnerables o personas en condiciones extremas. Ver a personas mayores o niños en situaciones de gran vulnerabilidad es algo que nos marca, ya que sabemos que necesitan toda la ayuda posible. Estos momentos nos tocan profundamente, y ver su gratitud cuando logramos asistirlos es algo que nos motiva a seguir.

P - ¿Hasta cuándo se considera la emergencia, hasta cuándo puede estar la UME?

R - La UME permanecerá en la zona de la emergencia hasta que el director de la emergencia de la comunidad autónoma correspondiente considere que no es necesario la aportación de medios de las fuerzas armadas. La situación de emergencia descenderá a un nivel inferior cuando la comunidad autónoma y los expertos lo consideren adecuado.

P - Cuando sonó la alerta el otro día, ¿pensaron que sería de tal magnitud la desgracia, porque vuestro teléfono no suena para ‘cosas buenas’?

R - Sabemos que cada vez que se activa a la Unidad Militar de Emergencias es porque algo serio ha ocurrido o está a punto de pasar. En cada intervención, gracias a la instrucción, estamos preparados para situaciones difíciles. Siempre vamos con la mentalidad de prepararnos para lo peor y dar lo mejor de nosotros para minimizar el impacto en la gente afectada.

P - ¿Hay que tener una capacidad mental especial, ser de una pasta diferente, para acceder de los primeros a los peores momentos incendios, inundaciones, lo vivido en la pandemia..?

R - Este trabajo exige una gran fortaleza mental y resiliencia para poder enfrentarse a situaciones extremas. La capacidad de autocontrol y de mantener la calma en momentos de alta presión es fundamental en nuestra labor y esto también se entrena por medio de nuestro gabinete de psicología que recurrentemente nos forma y nos da herramientas para afrontar estas situaciones. Para ser parte de la UME hay que superar una intensa preparación y tener vocación de servicio, que es lo que nos da la fuerza para acometer los momentos más difíciles.

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