El pan con más arsénico de los supermercados: características y efectos sobre la salud

¿Sabías que algunos metales pesados como el cadmio, el plomo, el mercurio o el arsénico se encuentran naturalmente en nuestro planeta? Es más, las actividades humanas y nuestro estilo de vida han potenciado que estos metales cada vez estén más presentes en nuestra vida cotidiana.

Su consumo en grandes cantidades, sin duda alguna, puede acarrear problemas para la salud de todo tipo. Por eso, es conveniente tomar precauciones a la hora de elaborar los menús semanales y saber cuáles son los alimentos que más contienen.

El arroz destaca por su alto contenido en arsénico

En concreto, el arsénico es asimilado por pescados, mariscos y los cereales que más agua requieren para su cultivo. Con respecto a los alimentos que más contribuyen dentro de la cadena alimentaria a la acumulación de este compuesto tóxico, cabe destacar el grupo de los cereales y sus derivados, como el pan.

Aunque el pan convencional de trigo no es particularmente rico en arsénico, es de los que más contribuye dentro de la dieta debido a su elevado consumo generalizado. No obstante, el alimento que más destaca por su contenido en arsénico inorgánico es el arroz en todas sus variantes.

El pan sin gluten

En relación con los panes más ricos en arsénico, es conveniente señalar los que están libres de gluten, preparados de forma específica para las personas celíacas o intolerantes al gluten. ¿Por qué? Está claro: no pueden digerir esta proteína. En caso de ingerirla, suelen tener síntomas digestivos como dolor de cabeza, diarrea, náuseas e incluso daño intestinal.

Por tanto, el pan sin gluten solo debería consumirse por necesidad. El gran inconveniente de este alimento habitual de nuestras mesas es que muchas veces es elaborado con harina de arroz y sus derivados. De modo que, aunque la proteína vegetal del arroz no contiene gluten, sí es un alimento rico en arsénico.

Recomendaciones

Comer sin gluten de forma voluntaria, sin un diagnóstico de intolerancia o alergia a esta proteína, no proporciona ninguna ventaja nutritiva adicional. Más bien, todo lo contrario: acabamos consumiendo más arsénico del necesario a través del arroz natural, por un lado, y a través de los panes sin gluten -pero elaborados con harina de arroz- por el otro.

Por tanto, en la medida de lo posible, deberíamos reducir el consumo de este pan o alternarlo con otros. Al menos esta es la recomendación que han revelado numerosos expertos en los medios de comunicación y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

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