Arranca el plan de Elon Musk para convertir una zona marina protegida en un puerto espacial

La isla Mokumanamana, conocida también como isla Necker, forma parte de las Islas de Sotavento de Hawái (Estados Unidos), situadas en el Océano Pacífico. Con una superficie de 0,18 km², es una isla de roca volcánica.

Forma parte del Monumento Nacional Marino de Papahānaumokuākea y, por consiguiente, su importancia ecológica resalta para los nativos hawaianos, que consideran dicho terreno como un lugar “sagrado” con un profundo significado espiritual.

Más allá de estas conjeturas, pasará a ser un laboratorio de pruebas para Space X, compañía de fabricación aeroespacial fundada y dirigida por Elon Musk. La empresa del magnate obtuvo los permisos de la Administración Federal de Aviación de EE.UU en mayo para expandir el área de caída de escombros de sus cohetes en la zona.

Una autorización que ha sido motivo de controversia, dado el impacto ambiental que tendría la actividad para la zona marina, que destaca por su diversidad biológica, así como por ser el mayor área marina protegida del mundo. Alberga miles de especies como aves marinas, tortugas verdes y la foca monje de Hawái, estas dos últimas en peligro de extinción.

Pese al aviso de algunas agencias federales de vida silvestre sobre las consecuencias que tendría la caída de los escombros de los cohetes de SpaceX, la propia Administración Federal de Aviación defendió que no se prevén “impactos graves” por ello.

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