Arqueólogos encuentran un ‘botín’ de joyas y oro milenario en el centro de Europa: “Sin parangón en su escala”
Un lugar que tuvo a importantes actores del comercio de su región hace milenios.

La arqueología es la ciencia que estudia las artes, monumentos y objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos. A través de ella continuamos dándonos cuenta que en la actualidad todavía hay mucho por descubrir, y reciente en la región checa de Bohemia se ha descubierto un asentamiento celta de 2.200 años de antigüedad que contenía varios centenares de monedas y más de 1.000 piezas de joyería.
Un yacimiento que, según representantes del Museo de Bohemia Oriental, no tiene en la región “parangón por su escala y carácter. Se han encontrado un gran número de riquezas antiguas, algunas de ellas de ámbar y cerámica fina, y cabe destacar que el yacimiento no estaba fortificado, lo que sugiere que sus habitantes pudieron ser importantes actores del comercio regional.

Un asentamiento imponente y de gran tamaño
El asentamiento fue descubierto por arqueólogos que inspeccionaban la zona antes de que se construyese una autopista, cerca de la ciudad de Hradec Králové. Además de los objetos, se encontraron restos de edificios entre los que se incluían viviendas, instalaciones de producción y, por lo menos, un santuario religioso.
Tomáš Mangel, profesor de arqueología de la Universidad de Hradec Králové, codirige la excavación del asentamiento y señala que era grande, con un tamaño de 25 hectáreas, lo que equivale a casi 47 campos de fútbol. Algunas de las monedas encontradas son de plata y otras de oro.

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¿A quién pertenecía? Este asentamiento data de la cultura de La Tène, una cultura mayoritariamente celta perteneciente a la Edad de Hierro y que floreció en algunas partes de Europa entre el 450 y 40 a.C. Tomáš Mangel destaca que este nuevo yacimiento les ayuda a comprender mejor cómo se organizaban los asentamientos en esa época. El descubrimiento de artefactos de valor, entre los que se incluyen el ámbar y la cerámica fina, destacan que las personas que allí vivían comerciaban con ellos y otros productos a través de Europa, con cerámica de lujo que podía haber sido fabricada en el propio asentamiento.
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