Antes la comida me costaba 600 euros al mes: con este simple gesto me sale por 250 y ahorro más de 500 al mes
Un cambio en la dieta, eliminando la carne y apostando por las frutas y las verduras, ha hecho a este finlandés reducir de firma importante su factura.


Hacer la compra, con la fuerte y creciente escalada de precios, se ha vuelto cada vez más complicado. Con apenas cuatro cosas y el carro medio vacío, la lista de la compra se dispara cuando toca comprar, especialmente, carne o pescado. Dos productos que incrementan notablemente la factura en el supermercado, por lo que muchos optan por adquirirlos cuando hay una buena oferta.
Una situación que se puede dar tanto en España como en otros países, cada uno con unos productos a mayores precios. En Finlandia, por ejemplo, Pyry Suomela hizo dos cambios importantes en sus hábitos de consumo para reducir considerablemente sus gastos mensuales en comida. En su caso, tenía especial predilección por los pedidos de comida a domicilio, algo que cortó de raíz cuando comprobó que su gasto en ello era excesivo.
Entre eso, y la comida del supermercado, dedicaba entre 500 y 600 euros al mes para él y para su hija, en edad escolar. Ahora, seis meses después de cambiar sus hábitos, comen por unos 200-250 euros al mes. De este modo, puede dedicar cerca de 550 euros de su sueldo para otros gastos.
Cambio en la dieta
Pero pensaba que con ese gesto no era suficiente, que podía ir, incluso, un paso más. Y eliminó la carne de sus lista de la compra. “Empecé a pensar cómo podía conseguir la comida más nutritiva y sana por menos dinero. Como la carne es relativamente cara por kilo, fue fácil suprimirla”, explica al medio finés Ilta Sanomat.
Para él, lo más importante es la riqueza nutricional de los alimentos. Así, cerca del 70% de su lista de la compra consiste en frutas y verduras. Aunque reconoce que podría optar por alimentos más baratos, afirma que no es lo que quiere, pues prima una alimentación sana y variada. “Con lo más barato, podría comer todo un mes pasta y garbanzos, pero sería una comida nutricionalmente muy pobre”.
En cuanto a la fruta, la compra según la temporada del año, mientras que para los yogures naturales hace su propia mezcla de frutos secos para añadírselos. “Es más barato si lo hago yo mismo”, afirma. ¿Y los pescados? Únicamente cuando están de oferta o a un precio razonable por kilo. Lo que no entra en su lista de la compra son los productos cárnicos, las galletas ni los semipreparados.
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