Ana María Fernández, ginecóloga: “El silencio de la FDA podría interpretarse como aceptación de ese inoportuno comentario” de Trump
En la guerra que ha iniciado Trump contra el paracetamol y la supuesta relación con el autismo, escuchar a los profesionales es fundamental.
Donald Trump afirmó que, según había escuchado de rumores, el autismo podría estar relacionado con el hecho de que las mujeres tomaran paracetamol. Un hecho desmentido por la sociedad científica, pese al silencio de la primera institución americana del país, la FDA, que depende de la administración americana para sobrevivir.
Escuchar a los profesionales es fundamental ante afirmaciones sin base científica. En Diario AS hemos hablado con la doctora Ana Fernández Molina, especialista en Ginecología y Obstetricia en Centro de Asistencia Integral de la Mujer Andalucía (AIMA) y miembro de Top Doctors Group.
Pregunta - ¿Por qué puede la FDA ‘cede’ a lo que Trump afirma?
Respuesta - La FDA no puede hacer oídos sordos a una afirmación con tanta repercusión que viene de una de las personas más influyentes a nivel mundial. Un comentario de este tipo genera mucha preocupación y desconcierto a millones de personas y hay que dar una respuesta con argumentos científicos y proveniente de una fuente fiable. No se trata de que haya una nueva evidencia, sino de calmar a la población y desmentir información incorrecta, ya que el silencio por parte de entidades como la FDA podría interpretarse como aceptación de ese inoportuno comentario.
P - ¿Qué es el paracetamol y para qué sirve? ¿Están seguras las embarazadas tomándolo durante el embarazo?
R - El paracetamol es un medicamento analgésico y antipirético, es decir, usado para reducir el dolor y la fiebre. El paracetamol sigue siendo el fármaco de elección en el embarazo para el dolor y la fiebre. Usando la dosis mínima eficaz y durante el menor tiempo posible. Esto lo respaldan organismos como la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS), el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG) en Reino Unido. En resumen, sí es seguro durante el embarazo, usado de forma correcta y bajo indicación médica.
P - ¿Esta ‘guerra’ puede llevar a más dudas cuando surge un embarazo?
R - Por supuesto, al final, las principales víctimas de este tipo de declaraciones son las mujeres embarazadas. El embarazo ya supone suficientes dudas, miedos y responsabilidades como para añadir preocupaciones adicionales basadas en fuentes no fiables. Vivimos en una sociedad en la que parece que del embarazo todo el mundo sabe y opina, y eso genera más ruido que certezas. Por eso es fundamental que las mujeres puedan confiar en la evidencia científica y en la orientación de sus profesionales sanitarios, no en mensajes alarmistas sin respaldo.
P - Protegerse, vacunarse, atender a los médicos... ¿qué necesita una mujer en este momento para confiar en que todo se desarrolle perfectamente, más ciencia?
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R - Más que más ciencia, lo que una embarazada necesita es una ciencia clara y accesible, y por supuesto que no vengan de titulares alarmistas, sino de su médico, matrona o ginecólogo, que seguramente estén basados en la mejor evidencia disponible y le darán la información de forma clara, concisa y cercana. También es importante recordar que no todo es controlable: el embarazo implica cierta incertidumbre, y no todo depende ni es responsabilidad de la embarazada. Cargar a las mujeres con culpas o con la sensación de que cada decisión mínima va a determinar el futuro de su hijo es injusto y genera ansiedad innecesaria.
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