Alicia Sornosa, la española del récord Guinness: el viaje más largo del mundo en moto sin repostar
La periodista especializada en motor Alicia Sornosa habla con Diario AS sobre la gesta que le llevó desde Italia hasta Noruega sin echar gasolina al vehículo.
Empezó con 14 años cuando se sacó la licencia de ciclomotor para “descubrir el pueblo de al lado” y acabó dando la vuelta al mundo en moto. Alicia Sornosa (Madrid, 1973) es periodista especializada en motor, escritora y embajadora de Ruteon. Ahora, Sornosa ha formado parte de un Récord Guinness tras hacer un viaje en moto sin repostar desde Albino (Italia) hasta Cabo Norte (Noruega). Es decir, 4.183,8 kilómetros sin tener que echar gasolina al vehículo —quién pudiera—. En otras palabras, casi como ir de Almería a Galicia cuatro veces.
Alicia atendió a Diario AS tras completar el reto. “El récord en realidad ha sido gracias a Acerbis. Este año cumplen 50 años y han querido celebrarlo creando depósitos”. Para hacer una travesía tan larga, la marca creó una moto en la que prácticamente toda la carrocería era el tanque, donde cabían 108 litros de combustible. En resumen, según Sornosa, “han creado un sobre depósito enorme que le han acoplado a una moto de 125″.
Tres pilotos se turnaban la moto para llegar a Cabo Norte: Sornosa, Andrea Rastelli, (piloto de motocross) y Maurizio Vettor (piloto y periodista). Cuando uno pilotaba, el resto del equipo le seguía en una furgoneta, donde también se encontraba el técnico de Guiness que debía comprobar el récord. Italia, Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega en diez días sin repostar. Así ha sido la gesta con la Ac150, una Monkey 125cc “con el depósito de combustible modificado”.
Pregunta: ¿Qué etapa fue la más difícil?
Respuesta: “Andrea fue el encargado de sacar la moto de Albino, que es donde está la fábrica de Acerbis y empezar el viaje. Yo fui la encargada de llegar a Cabo Norte y Maurizio ha sido el encargado de terminar el combustible de la moto. De esas tres etapas que hemos vivido, creo que la más bonita ha sido llegar a Cabo Norte y la más dura también porque la llegada la tuvimos que suspender. A nuestra llegada se levantó un viento de 90 kilómetros por hora. Lo pasé realmente mal”.
“El ingeniero del equipo decidió que era peligroso. Se tuvo que poner la furgoneta al lado para tapar el viento, y es que solo me quedaban diez metros para entrar y la moto se iba de lado. Yo iba en segunda acelerando, hecha una bola y la moto se iba de lado en vez de ir en línea recta. Ahí temieron por mi integridad física y metimos la moto en la furgoneta. Marcamos el punto en el que nos detuvimos y Guinness nos dio el OK. Al día siguiente volvimos a ese punto, sacamos la moto de la furgoneta y conseguí llegar a Cabo Norte, que fue muy emocionante”.
P: ¿Te hubiera gustado hacer el viaje sola?
R: “Me hubiera encantado, habría sido brutal. Ahora bien, no hubiera sido tan rápido porque habría necesitado más días para llegar, pero sería una gran hazaña. Esto ha sido una hazaña compartida y hubiera sido mucho más interesante haberlo hecho una sola persona. Pero en realidad el récord lo quería hacer Acerbis y ellos han marcado la manera más eficiente de llegar. Imagina que va un solo piloto y se pone enfermo, o tienes un accidente y el récord se va a la porra. Y los récord Guinness valen mucho dinero, tienes que pagarlos”.
P: Pero el récord se lo lleva la empresa, no vosotros
R: Nosotros hemos sido parte de ese récord, pero el Guinness lo ha organizado Acerbis y era un Guinness para ellos. Pero nosotros hemos sido parte, al igual que el ingeniero que ha hecho el depósito, el mecánico que ha montado la moto…
P: Entonces, ¿te propones hacerlo en solitario en el futuro?
R: Pues no tengo ni idea. La verdad es que si me lo propusieran, yo lo haría encantada. Todo es vivir nuevas aventuras y hacer cumplir nuevos retos. Sí, pero no se me había ocurrido. Durante el viaje hablé con el técnico de Guinness, y me dijo que mi vuelta al mundo podría ser un Guinness porque no lo ha hecho ninguna otra mujer de habla hispana y europea de mi siglo, creo que no lo ha hecho ninguna, porque sí lo habían hecho antes, una inglesa y una alemana que hicieron vuelta al mundo, pero en mi siglo no lo ha hecho ninguna.
P: ¿Disfrutaste más el récord o la vuelta al mundo?
R: Uf, no tiene nada que ver con una vuelta al mundo. La hice en año y medio y es un viaje muchísimo más relajado. Te dedicas a vivir los lugares por los que pasas, aprender a absorber la cultura que te rodea, aprender de otras personas, a entender un poco más el mundo. Es un viaje relajado con sus picos de nervios, sus picos de agotamiento, sus picos de sitios complicados por los que pasar. Ahí no tenía ningún otro objetivo que el de terminar el viaje y dar la vuelta al mundo. Yo me volvería a hacer otra vuelta al mundo, no un récord Guinness. Vamos, de cabeza. ¿Dónde hay que firmar?
No todo el mundo está dispuesto ni desea dar la vuelta al mundo. Alicia habla del gen viajero. “Tengo un post muy divertido que explica el gen viajero, que es algo que está estudiado y que hay una parte de la población muy pequeña que lo tiene”
“Viene de cuando el hombre empezó a moverse por encima de la tierra y es un gen que nos empuja a determinadas personas a saber que hay más allá. Este es necesario, pero tampoco hace falta que lo tenga todo el mundo, porque las personas que no lo tienen, que son las que se quedan en los sitios descubiertos, la humanidad no hubiera sido la misma, no se habrían construido ciudades, ni criado el ganado o cultivado trigo”.
A ella el espíritu aventurero le viene “de muy pequeña”, de “vivir en una familia con cinco hermanos y de querer salir de casa a descubrir qué es lo que había ahí enfrente”. “Soy la mayor de cinco hermanos. Salir de casa y que no me persiguieran mis hermanos era como un alivio, y eso me empujaba a salir a ver que hay ahí, a visitar a mis amigas, a largarme de casa. Y con coche igual, he sido muy aventurera, siempre me ha gustado mucho, he navegado mucho, me ha gustado mucho ponerme a prueba en la naturaleza y descubrir cuáles son mis límites y superarlos. Eso es lo que siempre me ha llamado la atención”.
P: ¿Cómo empezaste en el mundo del motor?
R: “Las motos siempre han estado ahí y siempre han sido un medio de transporte. Con 14 años me saqué la licencia de ciclomotor, pero era más que nada para largarme de mi casa de campo y poder descubrir el pueblo de al lado e ir a casa de una amiga que vivía a 20 kilómetros. La moto la he estado utilizando en Madrid para moverme con scooter, aunque también he usado motos más grandes. Nunca pensé que la moto iba a ser algo para hacer aventuras, pero cuando empecé a vivir fuera de Madrid y me compré una moto más grande, ahí sí que me di cuenta que esa moto tenía muchas más posibilidades, que podía viajar con ella. Y ahí empezó todo, con un viaje que hice desde Madrid hasta Andorra en una Harley, que fueron cuatro días de ruta. Para mí viajar en moto es brutal, mucho mejor que en coche. Y a partir, casualmente, hice la vuelta al mundo.
Comenzó la vuelta al mundo en 2011 porque “había poco trabajo” como periodista y porque no iba a quedarse “llorando en España”. “Soy periodista, puedo contar historias por el camino. Para eso estudié una carrera”, señala Sornosa. “Además, tenía a un montón de personas, hombres la mayoría, algunas mujeres también, que me decían que eso no lo iba a conseguir, que no tenía experiencia con la moto, que cómo se me ocurría, como mujer, ir sola por el mundo. Que me digan que no es una cosa que llevo muy mal, y eso me empujó a hacerlo, la rebeldía, que tanta gente me dijera que no lo iba a conseguir”. España, Italia, Egipto, Sudá, Etiopía, Kenia, India, Australia, Estados Unidos y Canadá fueron algunos de los países por los que pasó para recorrer el globo.
El viajero y su sombra
Hija de Jaime Sornosa, periodista y piloto conocido como ‘Correcaminos’, Alicia vivió de muy cerca el automovilismo. De ahí heredó el espíritu aventurero y la fortaleza necesaria para afrontar retos como una vuelta al mundo. “Lo que necesita un piloto, sea de coches o de motos, son los dos ojos, las dos manos y los dos pies. Da igual si eres hombre o mujer. Y así es como me han educado a mí. Es cierto que si te vas a hacer un Dakar necesitas una fortaleza física y estar en forma, pero sobre todo una fortaleza mental. Estoy segura que acaba antes un Dakar una persona que tiene un buen fondo y una buena mentalidad, que alguien que está muy fuerte físicamente y no sabe administrar el tiempo ni sus fuerzas”.
P: ¿El hecho de viajar por todo el mundo ayuda a comprender otras realidades, a abrir la mente?
R: “Está claro en todos los aspectos. Las personas que viajan tienen la mente muchísimo más abierta y relativizan todo muchísimo. Te das cuenta que no solo existe tu forma de vivir. A todos nos enseñan que nuestra forma de vivir es la correcta, la adecuada y la mejor. Y cuando sales fuera te das cuentas que hay 100.000 formas de vivir distintas, que son la adecuada y la correcta en esos lugares. Te das cuenta que al final todos somos iguales, que lo que quiere el ser humano es un techo para no mojarse, un cacito para poder comer y estar rodeado de la gente que quiere. Y esto pasa en Sudán, en Alaska, en Laponia y en donde sea”.
Alicia termina la charla mostrando su agradecimiento por todo lo que ha hecho hasta ahora. Por los países y lugares que sus ojos han podido ver. “Disfrutas mucho más cada momento de la vida, yo doy muchas gracias a este viaje y a los viajes que he seguido haciendo. No he parado desde entonces porque me doy cuenta que he aprovechado cada minuto de mi vida. Siempre se lo he dicho a mis padres que deben estar contentos si algún día me pasa algo viajando y no regreso, porque estaba haciendo lo que quería y estaba sumando un montón de experiencia a mi vida”.