Advierten de una práctica muy común en la ducha: “Puede provocar emergencias”
Expertos advierten que orinar en la ducha puede causar reflejos incontrolables asociados al sonido del agua, afectando la estabilidad de la vejiga y el suelo pélvico.
Lo que para algunos es un gesto de ahorro y cuidado medioambiental podría tener consecuencias inesperadas en la salud, según expertos. Orinar en la ducha, una práctica admitida por el 76% de las personas según un informe de la empresa Showers to You, genera debate no solo por cuestiones de higiene, sino también por su impacto en el suelo pélvico y la estabilidad de la vejiga.
Riesgos para la salud urinaria
Con el propósito de ahorrar agua (tres litros por descarga del inodoro) orinar mientras el agua de la ducha corre parece un gesto ecológico. Según cálculos de la empresa británica, un hogar medio podría ahorrar hasta 4.380 litros de agua al año, un beneficio significativo desde una perspectiva medioambiental. Sin embargo, esta costumbre también puede convertirse en un problema para la salud.
La Dra. Hana Patel, médica de cabecera, reconoce que esta práctica puede ayudar a relajar los músculos del suelo pélvico y facilitar la micción, especialmente para personas con movilidad reducida. Pero para la mayoría de las personas, los especialistas advierten sobre los riesgos de crear un hábito asociado al sonido del agua.
Sandrine, fisioterapeuta especializada en rehabilitación perineal, señala que el cerebro puede vincular el ruido del agua con la necesidad de orinar, lo que lleva a urgencias miccionales. Esto implica que algunas personas pueden sentir un deseo incontrolable de orinar al lavarse las manos, escuchar la lluvia o incluso en situaciones de estrés.
“El problema surge cuando estas asociaciones se convierten en reflejos automáticos que son difíciles de controlar”, explica Sandrine. Además, las mujeres serían particularmente vulnerables a estos problemas debido a la mayor sensibilidad del suelo pélvico.
Ejercicios para evitar el problema
Para evitar que esta costumbre ocasional se convierta en un inconveniente permanente, los expertos recomiendan trabajar en el control del perineo y reentrenar el cerebro. “Pequeños ejercicios como realizar cálculos mentales mientras te lavas las manos pueden ser útiles para desviar la atención y romper el ciclo de urgencias falsas”, asegura la fisioterapeuta.
La decisión de orinar en la ducha parece dividir a los expertos y a la población. Aunque no supone un peligro grave si se hace de manera esporádica, los especialistas coinciden en que es mejor evitar convertirlo en un hábito para preservar la estabilidad de la vejiga y la salud del suelo pélvico.
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