Adiós al Algarrobico: el gigante arquitectónico de Almería será demolido
“Su derribo debe marcar un antes y un después: nunca más especulación en nuestras playas, nunca más cemento sobre espacios protegidos”, afirman desde Greenpeace.
El hotel El Algarrobico, situado en Carboneras (Almería), dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, es uno de los casos más emblemáticos de especulación urbanística en España. Su historia está marcada por más de dos décadas de litigios judiciales, protestas ecologistas y decisiones políticas contradictorias.
El hotel fue promovido por la empresa Azata del Sol S.L., con la intención de construir un complejo turístico de lujo con 411 apartamentos y un edificio principal de 21 plantas. Aunque inicialmente contaba con licencias municipales y autonómicas, pronto se denunció que invadía una zona protegida por la Ley de Costas, al estar dentro de los primeros 100 metros desde la línea de costa y en suelo no urbanizable.
El Gobierno, a través del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha rechazado el recurso de alzada de la promotora y su demolición parece estar realmente cerca. Fue en 2008, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) paralizó las obras, que estaban casi terminadas.
A lo largo de los años, se han sucedido múltiples sentencias que han declarado ilegal la licencia de obras y han confirmado que el hotel invade zona protegida. La propiedad del suelo fue finalmente atribuida a la Junta de Andalucía, y se ratificó que el terreno debía ser clasificado como no urbanizable. Pero el edificio sigue ahí, para sonrojo de todas las administraciones.
Es ahora el turno del ayuntamiento de Carboneras. Y es que la resolución del Ministerio pone fin a la vía administrativa y acelera así el procedimiento para la ocupación de los terrenos de la playa del término municipal de Carboneras que se encuentran en el dominio público perteneciente al Estado.
En febrero de 2025, el Gobierno central inició el proceso de expropiación de los terrenos bajo su competencia, con el objetivo de demoler el hotel. Se ha declarado la utilidad pública de 16.432 metros cuadrados afectados por la servidumbre de protección del dominio público marítimo - terrestre.
El Ministerio de Transición Ecológica ha rechazado el recurso de la promotora contra esta expropiación, lo que acerca la demolición de la parte estatal del hotel. La Junta de Andalucía aún debe expropiar su parte para que la demolición sea completa. Greenpeace y otros colectivos presionan para que esto ocurra cuanto antes.
Desde Greenpeace celebran el rechazo del Gobierno central al recurso de la promotora del Algarrobico contra su expropiación, un paso que, tras 20 años de batallas judiciales, nos acerca un poco más a su final, aunque todavía quedan meses para concluir el proceso: el derribo de la ruina del hotel ilegal.
“Ahora la pelota está en el tejado de la Junta de Andalucía, que debe hacer su parte y expropiar la parte del inmueble que ocupa ilegalmente el Parque Natural. La Junta de Andalucía tiene que actuar ya en su parte. El Algarrobico será historia. Su derribo debe marcar un antes y un después: nunca más especulación en nuestras playas, nunca más cemento sobre espacios protegidos”, ha afirmado María José Caballero, responsable del Área de Campañas de Greenpeace.
Qué va a pasar ahora
Los siguientes ahora son determinar el justiprecio (compensación económica) que el Estado debe abonar a la promotora por los terrenos expropiados. Una vez completado este trámite, se podrá proceder a la demolición de la parte estatal del hotel. Hay que tener en cuenta que la Junta de Andalucía reconoce la ilegalidad del hotel pero rechaza la vía expropiatoria.
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Exige que se anule definitivamente la licencia de obras concedida en 2003 por el Ayuntamiento de Carboneras. El TSJA ha instado al Ayuntamiento a reclasificar el suelo como no urbanizable, pero el trámite aún no se ha publicado oficialmente. El siguiente paso será finalizar el proceso de reclasificación urbanística y decidir si se opta por la expropiación o por otra vía legal para demoler la parte autonómica del hotel.
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