Acude a su banco de toda la vida y al llegar le rompen el corazón tras 30 años de relación: “Ya no estamos en condiciones de continuar”
El Royal Bank of Canada (RBC) rompió con Tomas Nassab sin motivo aparente pero tras “un análisis exhaustivo de las circunstancias”.
A Tomas Nassab le han roto el corazón y el bolsillo. Su banco, el Royal Bank of Canada (RBC), ha decidido poner fin a la relación con su cliente tras 30 años de idas y venidas, y como ocurre en muchas relaciones, tras pensarlo mucho, o como ha dicho el banco a CTV News, tras “un análisis exhaustivo de las circunstancias”.
El banco no ha dado a Nassab el motivo de la ruptura. El cliente intentó mover dinero de sus inversiones, pero no pudo ser atendido en persona y decidió presentar una serie de quejas a “un par de gerentes de sucursal” y a “un gerente comunitario general”. La respuesta fue fulminante: “En siete días me dijeron que todas mis cuentas iban a ser cerradas”.
Tras pensarlo durante varios días, CTV News confirmó el final de la relación mediante una carta. “Ya no estamos en condiciones de continuar nuestra relación bancaria con usted”, le dijeron, y como si le echaran del piso que compartían, RBC dio 30 días a Nassab para cerrar sus cuentas y sacar el dinero del banco.
Nassab, sin embargo, se resistió al final de la ruptura, fruto de la incomprensión. “No hay ninguna razón para esto”, dijo al medio citado, e incluso puso sobre la mesa argumentos muy convincentes para recuperar su amor: “No formo parte de ninguna red criminal. No me dedico al fraude“.
Del amor al odio hay una queja
RBC habló con CTV News para ejercer una defensa propia. “Tanto el cliente como el banco pueden optar por finalizar una relación bancaria. RBC toma esta decisión únicamente tras un análisis exhaustivo de las circunstancias”. Además, el banco se jacta de haber dado a Nassab un dulce período de transición para hacer llevadera la ruptura, porque, suponemos, aún hay cariño: “Si el banco decide finalizar la relación bancaria, colaboramos con el cliente durante el período de transición y le damos tiempo para que busque alternativas bancarias”.
Pero Nassab siente que todo lo que está viviendo es una injusticia, inmerecida para él, un cliente fiel, que nunca flirteó con otras entidades bancarias, que supo estar en los mejores y peores momentos del banco.
“El servicio al cliente se está volviendo tan pobre que incluso si presentas quejas razonables, están listos para tomar esa medida como medida provisional para deshacerse de ti”. Una fina línea separa al amor del odio, y en este caso, una pequeña desavenencia ha roto una relación de tres décadas.
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