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Abre el cajón de un escritorio del siglo XIX y encuentra una pieza maestra en un compartimento secreto: “Me parecía especial”

La coleccionista de antigüedades capturó el momento del hallazgo en un vídeo para su cuenta de Instagram.

Abre el cajón de un escritorio del siglo XIX y encuentra una pieza maestra en un compartimento secreto: “Me parecía especial”
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Una coleccionista de antigüedades decidió observar con detenimiento un escritorio del siglo XIX que había adquirido hacía cerca de un año, y esa intuición ha acabado por revelar un auténtico tesoro escondido.

La protagonista de esta historia es Victoria, propietaria de la tienda Peachy Bee Antiques, en Kennesaw (Georgia, EE. UU.). Aunque trabaja con antigüedades desde hace tiempo, señalar que algo “especial” se ocultaba tras ese escritorio le llevó a investigar más a fondo. “Este era el artículo más pesado que he tenido y me parecía especial. Los detalles de cuero y oro eran de un lujo exquisito” relató a Newsweek.

El escritorio, catalogado como de principios del siglo XIX, no había sido comercializado aún. Victoria lo había comprado en una subasta, pero el peso, la decoración de lujo y un inexplicable fragmento de madera bajo los tinteros despertaron su curiosidad: “Algo me resultaba extraño y no lograba entender cómo funcionaba”.

Su sospecha de que existía un compartimento oculto se confirmó tras una búsqueda por internet, donde encontró un diseño similar al de su escritorio que explicaba el mecanismo de apertura. Gracias a ello pudo abrir el compartimento secreto y encontrar una sección que daba acceso a tres cajones secretos.

El momento quedó registrado en vídeo para su cuenta de Instagram @peachybeeantiques, que ya ha superado el millón de visualizaciones. Victoria comenta que más allá de la repercusión, lo más importante para ella fue comprobar que su “corazonada” era cierta.

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Gracias al hallazgo, el valor del escritorio aumentó notablemente y la pieza se vendió pronto. Además, la historia sirve como recordatorio de que, a veces, la clave está en confiar en la intuición al tratar con objetos antiguos. “Esta no era la primera vez que me pasaba algo así” admitió Victoria.

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