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ACTUALIDAD

¿Por qué en verano las tormentas son más fuertes y hay más rayos?

En los meses del período estival, se producen una serie de precipitaciones que pueden ser muy peligrosas, como es la tormenta eléctrica o la conocida como ‘de verano’.

Las tormentas de verano son uno de los fenómenos más habituales de los meses del período estival.
SalasEFE

En el período estival, cada año, hay algunos días en los que el cielo se encapota y aparece lo que se conoce como ‘tormenta de verano’. En apenas unos minutos, se produce una gran carga de precipitaciones, en forma de lluvia, rayos o granizo, que causa que la gente busque refugio donde pueda para poder huir de este fenómeno meteorológico.

A pesar de que es un evento al que la sociedad está acostumbrada, muy pocos conocen su significado, y, especialmente, en qué consiste, y por qué en los meses de verano es más potente. Contamos el motivo de ello.

¿Cómo se produce la tormenta de verano y por qué en verano es más fuerte?

Una tormenta de verano tiene un origen de lo más curioso, y tiene que ver con las altas temperaturas. El calor genera que se produzca un crecimiento en el termostato, no solo del ambiente, sino también del aire, entre otros elementos atmosféricos. La brisa, al calentarse, suele ascender debido a que es más ligera y la presión la expande.

Este concepto, que se convierte en vapor muy caliente, puede contactar con una masa de aire frío, lo que produce que, gracias al contraste de temperaturas, se pueda convertir en gotas de agua y se termine convirtiendo en una tormenta muy intensa y de corta duración, pero lo suficiente como para generar graves peligros en la población.

Esta fuerza también tiene que ver con otro de los fenómenos meteorológicos que se producen a consecuencia de las tormentas, el conocido granizo. Esto se debe a que, dentro de la nube, además de agua y cristales de hielo, se encuentra este material, pero de un volumen ligero.

Con el ascenso y el descenso, estos elementos tienden a chocar entre sí, lo que origina corrientes crecientes y decrecientes. Estos conceptos suben las gotas de agua localizadas en la zona inferior a la superior, por lo que si se encuentran en alturas demasiado amplias, se suelen congelar.

Así, cuando se desciende, las gotas de agua son arrastradas, por lo que se produce un nuevo ascenso y estas vuelven a congelarse. Esto genera el nacimiento de las piedras de granizo, que suelen ser otros de los fenómenos habituales en los meses de verano cuando se produce una tormenta.

¿Por qué hay más rayos en verano?

Además de las tormentas de verano, hay otro fenómeno similar conocido como tormenta eléctrica, que es mucho más peligroso, ya que genera descargas, como rayos, truenos o relámpagos.

Este evento se debe a que dichas descargas van ‘saltando’ a través de las nubes de tormenta, y generan relámpagos, fenómeno climático que indica su presencia.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué las de tormenta generan este tipo de acontecimientos, pero se cree que está muy vinculado a la altura de las nubes de tormenta, siendo bastante más grandes que las habituales.

La Agencia Estatal de Meteorología apunta que “la descarga eléctrica se genera en el seno de la nube cumulonimbo, como resultado de un complejo proceso microfísico previo de electrificación en el que son fundamentales las corrientes verticales de aire que permiten la interacción de agua subfundida (en estado líquido a temperaturas inferiores a 0 °C) y partículas de hielo de diferente tamaño”.

También conocidas como rayos, las descargas eléctricas son otros de los fenómenos más habituales que se producen en los meses de verano. Cuando la electricidad se desplaza entre cargas opuestas de las nubes, dentro de ella, o de la misma al suelo, se genera este evento.

Este tipo de descargas suelen ser más habituales en los meses del período estival, pero suelen ser más intensas en invierno. La razón de este evento, según un estudio del científico Joseba Areitio, reside en la intensidad. Al tener una fuerza mucho menor (de 25 kiloamperios), hay una mayor cantidad de descargas eléctricas, mientras que en la última época del año se produce el efecto inverso.