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POLÍTICA

Un tribunal inhabilita a Bolsonaro para los próximos 7 años

La Justicia Brasileña ha juzgado que el expresidente trató de crear un movimiento que negara la legitimidad del proceso electoral

FILE PHOTO: Brazil's former President Jair Bolsonaro speaks with media as he arrives at the airport in Rio de Janeiro, on the day the Electoral Justice continues the trial to determine his political rights, Brazil June 29, 2023. REUTERS/Pilar Olivares/File Photo
PILAR OLIVARESREUTERS

Duro golpe para Bolsonaro. El líder ultraderechista se enfrentaba al juicio del Tribunal Electoral tras su intento de deslegitimar el resultado de las elecciones del año pasado, en las que perdió contra el izquierdista Lula DaSilva. El voto, a falta de tres magistrados por pronunciarse, era de 3 a 1 a favor de su inhabilitación para ocupar cualquier cargo público. Hoy, el destino del exmilitar se ha sellado. Un quinto juez ha dado un paso adelante, quedando el escrutinio 4 a 1 -y, por lo tanto, garantizando la mayoría para su incapacitación-.

A pesar de que inicialmente se había hablado de un período de castigo de 8 años, finalmente serán 7. Hasta 2030, el muso ultra tendrá que mantenerse alejado de la política institucional. Desde que el líder del Partido Liberal perdiera los comicios generales -por un estrechísimo margen, por cierto-, la nación del Orden y el Progreso ha vivido momentos de extrema tensión social.

El día 8 de enero -con toda la parafernalia y los modos de trumpismo-, un turba de seguidores del presidente saliente ocupó varios edificios estatales en la ciudad de Brasilia. El propio Bolsonaro nunca admitió la victoria de su rival, y de hecho, según el tribunal, trató de sembrar dudas sobre la limpieza del proceso, llegando a convocar a miembros del cuerpo diplomático para tratar de convencerlos de sus teorías conspirativas.

Una sombra de sospecha

Bolsonaro, un exmilitar de carrera, ha confesado en varias ocasiones no creer en la democracia liberal. Una posición que le granjeó la enemistad de algunos sectores de la derecha moderada y movilizó a un amplio electorado en su contra. Pero, a pesar de la alianza opositora, el entonces jefe del gobierno consiguió recortar distancias con el PT de Lula en la segunda vuelta, quedando el apretado cómputo final 50.9% a 49.1% a favor del candidato progresista.

Para evitar formar parte del proceso de transferencia de poder, Bolsonaro se fue del país poco después de confirmarse el resultado, haciendo la transición más difícil para la administración entrante. Además, como nunca reconoció públicamente haber sido derrotado, levantó una espesa nube de sospecha sobre la democracia brasileña. Algo que, finalmente, le ha valido un rapapolvo legal en forma de inhabilitación. A pesar de que en este proceso no existía posibilidad de enfrentar cargos penales, todavía hay un puñado de investigaciones en curso que podrían acabar en la apertura de nuevos juicios contra él. No obstante, el condenado tiene derecho a apelar la sentencia al Tribunal Supremo.