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Tensión entre China y EEUU por unas islas paradisíacas

La isla filipina de Batán, situada a apenas 156 kilómetros de Taiwán, se ve amenazada por las crecientes tensiones entre las dos superpotencias mundiales.

Tensión entre China y EEUU por unas islas paradisíacas
Wikimedia Commons

La tensión diplomática entre Estados Unidos y China no se limita a Taiwán. Por si no fuera suficiente con los últimos ejercicios militares realizados por el ejército chino alrededor del estado insular, ahora la tensión se traslada también a la isla de Batán, la segunda de mayor tamaño de la provincia filipina de Batanes.

Tras los mencionados ejercicios por parte de las tropas del gigante asiático, la tranquilidad se vio alterada en Filipinas con la respuesta conjunta en coalición con Estados Unidos. Ambos estados llevaron a cabo los mayores ejercicios militares hasta la fecha, respondiendo así a la “provocación” china.

Ahora, los habitantes de esta tranquila y paradisíaca isla se sienten ‘atrapados’ entre dos de las potencias mundiales más fuertes: China y Estados Unidos. Situada en el extremo norte de Filipinas, la isla de Luzón, la mayor de todo el país, está rodeada de grandes acantilados de piedra caliza. Una tranquilidad que, más allá del fuerte oleaje, está amenazada por las tensiones internacionales.

Sus casi 3.000 habitantes nativos, en su mayoría pescadores y agricultores de la etnia ivatan, han superado las dificultades asociadas con terremotos, tifones y sequías. Pero ahora se enfrentan a un enemigo que les era desconocido: tanto China como Estados Unidos se acercan más con el objetivo de tomar ventaja en el Mar de China Meridional. Entre ambos, y encima de estas islas filipinas, se encuentra Taiwán: la presión china es cada vez mayor, a la vez que EEUU parece más decidido a afrontar su defensa ante los tentáculos de Pekín.

Las islas de Itbayat y Basco, al norte de Filipinas, son las que se encuentran inmediatamente bajo la línea de fuego cruzado entre ambas potencias mundiales. Su proximidad con Taiwán, a apenas 156 kilómetros de distancia, las convierte en un importante aliado estratégico para cualquiera de los bandos. Bañada por cristalinas aguas turquesas, la isla puede estar aislada durante semana. No en vano, para acceder a sus puertos excavados en los acantilados es necesario trepar por empinados escalones en la pared de la roca. Todo un desafío.

El control del mar, clave en el conflicto

En la isla de Basco entrena la 25ª División de Infantería de Estados Unidos, ante una posible agresión por parte de China. En los últimos ejercicios realizados participaron tanto el buque de guerra USS Miguel Keith como aviones V-22 Osprey y lanzacohetes. “El objetivo de nuestra campaña en esta región es impedir un conflicto. No queremos una guerra con la República Popular China. No queremos eso, no lo deseamos y no lo estamos provocando. Una guerra con China no es buena para nadie”, explica el mayor general Joseph Ryan.

Pero a su vez, mandan un mensaje: que están listos y con la capacidad necesaria para responder ante un gran ataque. “Hablamos en serio”. Ambos bandos, como toda Asia, se están reforzando. China cuenta ya con el mayor presupuesto en Defensa de su historia, con unos 224.000 millones de dólares.

Estados Unidos, por su parte, ha incrementado el número de ejercicios, con aliados cercanos como Japón, Australia y Corea del Sur. De esta forma, Washington busca formar una coalición con la que responder a China. Entre estos países, Filipinas. Su presidente, Ferdinand Marcos, reconocía recientemente que “la situación se está calentando”. El actual dirigente ha adoptado una actitud más firme ante China que su predecesor, Rodrigo Duterte, ampliando las patrullas de la Armada y la Guardia Costera.