Sumar y PSOE prestan diputados a ERC y Junts

Desde que toda España se lanzase a las urnas el pasado 23 de julio y hasta que finalmente se consiga investir a un candidato, la política española se mueve por los hilos de las negociaciones. Llamadas, correos, mesas de diálogo y todo tipo de acercamientos para lograr concesiones en diferentes campos. Muchos, fuera de la Cámara baja; y otros tantos dentro del Congreso. Y en esta segunda línea se han posicionado PSOE y Sumar, quienes cederán diputados a Junts y ERC, respectivamente, para que los partidos catalanistas puedan constituirse como grupos parlamentarios propios.

Quien dio el primer paso fue el partido de Yolanda Díaz. Desde Sumar han asegurado que cederán dos parlamentarios a los republicanos, puesto que la formación liderada por Oriol Junqueras no llega al mínimo de diputados que requiere el reglamento del Congreso para poder considerarse grupo parlamentario en sí mismo. Sus nombres son Jùlia Boada y Félix Alonso, diputados por Girona y Tarragona por En Comú Podem, respectivamente. Una vez se haya cumplido esto, ambas personas regresarán a Sumar. No se trata de un trasvase, sino de una cesión particular con un objetivo marcado.

Todavía no ha sido anunciado por el PSOE, pero, tal y como desvela El País, fuentes del partido detallan que se llevará a cabo el mismo esquema con Junts para facilitar que también puedan poseer una entidad propia en el Congreso. Esta ayuda se entiende como parte de las claves que encerraban de forma intrínseca el apoyo de los posconvergentes a la presidencia de la Mesa, que terminó recayendo tras la votación de todo el hemiciclo en la socialista Francina Armengol.

¿Cuál el mínimo necesario para formar grupo parlamentario?

Las normas de la Cámara baja son claras al respecto. No se puede formar grupo parlamentario con menos de 15 diputados, a no ser que uno -o varios- partidos que sumen cinco escaños o más hayan logrado, por lo menos, el 15% de los votos en todas aquellas circunscripciones en las que se hayan presentado o, en su defecto, el 5% de los votos a nivel nacional.

Yendo al caso de Junts y de ERC, en el que ambas formaciones han obtenido 7 escaños, y han quedado, por motivos evidentes, lejos del 5% de las papeletas en todo el territorio español (los republicanos suman el 1′89% y los posconvergentes se quedan en un 1′6%), únicamente les queda una vía para poder constituirse grupo parlamentario: obtener los escaños que les hacen falta en las pocas circunscripciones en las que han concurrido para tener ese 15%. Las cuentas señalan los siguientes huecos a tapar: ERC se quedó con un 14′74% de los votos en Girona y un 12′33% en Barcelona, mientras que Junts sumó el 9′68% de las papeletas de la ciudad condal y un 11′08% de la provincia tarraconense.

La utilidad de salir del grupo mixto

No se trata de un guiño cómplice sin importancia. No se queda en el gesto, ni es un bonito traje. Además de una subvención fija, amparada por el artículo 28 del reglamento de la Cámara baja, de 364.160′64 euros y una variable en función de la cantidad de diputados de 1.746′16 mensuales por persona, la percha permite una serie de ventajas políticas de las que ambas formaciones quedarían exentas si no tuviesen el estatus de grupo parlamentario propio.

Gracias a la cesión de PSOE y Sumar, ERC y Junts podrán tener representación en todas las comisiones, un portavoz en las Juntas, más tiempo de intervención en debates, turno semanal en la sesión de Control y mayor poder para llevar proyectos legislativos. Si pertenecieran al grupo mixto, todas estas claves habría que repartirlas entre una serie de formaciones. Ahora no se reparten. Ahora les pertenecen.