Respuesta de China a la situación entre Rusia y el Grupo Wagner

Aún no han trascendido las consecuencias finales de la crisis interna que sufrió Rusia el pasado sábado. Yevgueni Prigozhin, jefe y fundador del grupo paramilitar que opera en el frente de batalla, se rebeló frente a dos de los actores principales del Kremlin: Valeri Guerásimov y Serguei Shoigú, jefe del Estado Mayor y ministro de Defensa rusos respectivamente, tomando Rostov y quedando a mitad de camino en su intento por llegar a Moscú a protestar y pedir ambos ceses. Evitar “un derramamiento de sangre rusa” y su acomodo en Bielorrusia fueron los responsables de que el motín no fuera a más y la marcha del Grupo Wagner se detuviera a 200 kilómetros de Moscú.

Después de la tormenta, parece que la calma ha llegado a Rusia, y de momento, todas las piezas se encuentran en un nuevo escenario derivado de sus movimientos. Prigozhin, en Bielorrusia sin cargos y los mercenarios del Grupo Wagner llamados a elegir entre adherirse al ejército ruso o seguir los pasos de su jefe y fundador. Por lo tanto, uno de los dos principales socios estratégicos de Rusia ya “ha echado un cable” al Kremlin (Bielorrusia). Por su parte, el otro que aún no entró en escena, China, tuvo que pronunciarse al respecto de lo sucedido.

Apoyo y confianza en Rusia

Desde que comenzó la guerra hace más de 16 meses, China aún no ha condenado, como sí lo ha hecho la mayoría de la comunidad internacional, la invasión de Rusia a Ucrania. El gigante asiático ha permanecido neutro y ofreciendo planes de paz y diálogo a ambos países, además de mantener su habitual tensión frente a EEUU, que aún no han terminado de resolver entre ambos.

Respecto a la rebelión de Wagner, China, a través de su portavoz de Exteriores, Mao Ning, transmitió su apoyo y confianza a Rusia: “Como vecino amistoso y socio estratégico en la nueva era, China apoya y cree que Rusia puede mantener la estabilidad nacional y lograr desarrollo y prosperidad”.

“Asunto interno ruso”

Al contrario de Bielorrusia, China consideró que es un “asunto interno” de Rusia, por lo que no intervino en las negociaciones entre Putin, Prigozhin y Lukashenko. Además, tampoco quiso dar valoraciones acerca de lo sucedido pese a “mantener comunicación cercana y sólida en todos los niveles” con Rusia.