Putin desata las especulaciones: su mano derecha, apartado de dos eventos clave
El ministro de Exteriores Sergei Lavrov no estuvo en una reunión clave del Kremlin la semana pasada ni viajará a la cumbre del G20 en Sudáfrica.
“Sergei Viktorovich sigue trabajando y está muy activo. Verán al ministro en los actos públicos que se celebren”, dijo hace unos días el portavoz del presidente de Rusia, Dmitry Peskov. Pero los últimos acontecimientos podrían indicar otra cosa respecto a uno de los hombres fuertes del Kremlin.
Y es que Sergei Lavrov, que siempre ha sido una de las caras más visibles del gobierno de Putin, y sería pieza clave en la reunión que se iba a celebrar en Budapest entre Trump y su homólogo ruso, habría sido ‘aplazada’ tras una tensa llamada entre Marco Rubio, secretario de Estado americano, y el propio Lavrov. Con la reunión suspendida, sin fecha todavía confirmada, Putin habría tomado la decisión de ‘apartarle’, de momento, del primer foco.
Su ausencia la semana pasada en una reunión clave de la Duma dio fuego a los rumores de desavenencias y falta de confianza de Putin hacia su leal diplomático las últimas décadas. El Kremlin ha filtrado que todos los rumores de descontentos no son ciertos, sino “absolutamente falsos”, y que “no había necesidad de prestarles atención” y que “todo está bien”.
Pero, hay un ligero pero. Marco Rubio y Sergei Lavrov no congeniaron, no hay acuerdo de la reunión bilateral en Centro Europa, no se vislumbran posibles acercamientos para poner fin a la guerra en Ucrania y desde el gobierno ruso se ha filtrado que la actitud cada vez más radical de su ministro de Exteriores estaría haciendo mella en la diplomacia y en las relaciones exteriores.
En el diario The Guardian Boris Bondarev, ex alto diplomático que dimitió públicamente tras la invasión rusa a gran escala, afirmó que sería muy atípico que Lavrov se desviara de su papel como mero transmisor de las opiniones de Putin. “Putin se ha sentido muy cómodo trabajando con Lavrov durante todos estos años porque Sergei Viktorovich es un burócrata experimentado”, dijo Bondarev. “Sabe perfectamente que nunca se debe decir nada que no coincida al 100% con la postura del presidente. “Si existe la más mínima posibilidad de que a Putin no le guste, simplemente no lo dirá. Por lo tanto, la idea de que Lavrov mostrara alguna falta de voluntad para negociar, y que esto de alguna manera hiciera fracasar la reunión, es improbable. No existe una postura separada de Lavrov; sólo la de Putin”, añadió Bondarev.
El propio diplomático habló este fin de semana con la agencia estatal RIA Novosti, afirmando que habían surgido ciertas dificultades en las conversaciones de paz con Washington, pero rebajando cualquier tono de conflicto con Putin o que estuviera ‘apartado’ de las próximas acciones. De momento, no está confirmada su presencia en la Cumbre del G-20 sobre salud del 22 y 23 de noviembre en Sudáfrica.
Lavrov, diplomático desde 1972
Sergei Lavrov, diplomático de carrera que ingresó en el servicio exterior soviético en 1972, ha ejercido como ministro de Asuntos Exteriores de Rusia desde 2004, lo que lo convierte en uno de los diplomáticos de alto rango con más años de servicio en el mundo.
Es más que conocido por su voz ronca y sus combativas ruedas de prensa, Lavrov ha sido fundamental en la defensa de la política exterior de Moscú, desde la guerra de Irak hasta Siria, la anexión de Crimea y la invasión de Ucrania. Desde hace años ha sido considerado como un diplomático pragmático y muy capaz, pero con los años Lavrov se ha endurecido al lado de Putin, adoptando una retórica cada vez más beligerante.
Lavrov nació en 1950 en Moscú. Habla varios idiomas, incluyendo inglés y francés. Es aficionado al esquí, la pesca, el fútbol y la poesía. Comenzó su carrera diplomática en la embajada soviética en Sri Lanka, donde aprendió cingalés. De 1999 a 2004 fue Representante Permanente de Rusia ante las Naciones Unidas durante una década. Participó en debates clave sobre conflictos globales, sanciones y cooperación internacional.
Su cargo como Ministro de Exteriores llegó el 24 de febrero de 2004 por Putin. Fue ratificado en el cargo por los presidentes Medvédev y nuevamente por Putin. Es el ministro de Exteriores con más años de servicio desde la era soviética.
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En 2025, recibió la Orden de San Andrés el Apóstol, la más alta distinción estatal de Rusia, por su contribución a la diplomacia nacional. También ha sido condecorado como Héroe del Trabajo de la Federación Rusa.
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