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ELECCIONES 23J

Pactos tras las elecciones generales del 23J: ¿Cuáles son los posibles acuerdos y apoyos para formar Gobierno?

El PP gana, pero sin opciones reales de gobernar por el desplome de Vox. El PSOE resiste el impacto del 28M y, aunque Sumar caiga, podría reeditar un gobierno de coalición con las minorías.

Actualizado a
El presidente del Gobierno y candidato  del PSOE a la reelección, Pedro Sánchez, y el candidato del PP a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo, se saludan antes del programa 'Cara a Cara. El Debate', en Atresmedia, a 10 de julio de 2023, en Madrid (España). Este es el primer debate de la campaña electoral y el único al que Feijóo ha accedido a participar de los propuestos por Pedro Sánchez, al haber rechazado los organizados por RTVE y el Grupo Prisa. El programa se estructura en torno a cuatro bloques temáticos, cuyo orden está marcado por la actualidad informativa y el criterio periodístico. Los candidatos no pueden hacer uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, tablets, relojes inteligentes, etc.
10 JULIO 2023
Eduardo Parra / Europa Press
10/07/2023
Eduardo Parra Europa Press

Los barómetros vaticinaron unos comicios en dos bloques y así ha sido. Han sido unas elecciones de horquillas cortas y resultados ajustados, de esas en las que nadie apuesta todo su dinero a un color. Aunque sí había un favorito en las encuestas, el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo (136) se ha quedado cojo en apoyos porque el escenario con el que le salían las cuentas se ha venido abajo, amén del derrumbe de Vox (33). La coalición de derechas suma 169 escaños. No da.

En Ferraz cambiaron la alegría forzada de Génova por una cautela que fue de menos a más en la escala de celebración. Igual que su campaña electoral. Hasta el punto que, con el escrutinio prácticamente zanjado, la sensación en las filas socialistas era de absoluta victoria. Y eso que han perdido (122). Sumar (31) ha celebrado también, aunque de capa caída por no llegar a los escaños que sí recogió Unidas Podemos en 2019. Ambos partidos suman 153 asientos en el Congreso. Tampoco da.

Estos cuatro partidos son el vehículo al completo de gobierno, pero falta la llave de gobernabilidad que permita arrancar el motor de la legislatura. Para ello, dependerán de otros partidos de muy diferente índole y que abren la puerta a muy distintas posibilidades.

Amarga victoria del PP: ¿qué necesita?

El primer escenario posible, respetando el orden de la lista más votada, es aquel que termina con Feijóo en la Moncloa. Como el Partido Popular no alcanza los 176 escaños que marcan la mayoría absoluta del hemiciclo ni aunando los apoyos de la formación de Santiago Abascal, y como tampoco parece probable que vaya a sumar los de otros partidos -a excepción de UPN-, abanderados por el PNV y seguidos por Coalición Canaria, cuya línea roja está en la presencia de Vox en el Ejecutivo, al líder gallego se le abre un horizonte que, muy en el fondo, ya conocía.

Cuando Feijóo extendió aquel documento en el ‘cara a cara’ a Sánchez sabía que esto podía pasar y quería asegurarse la incertidumbre que ahora se ha instalado en las filas populares. Básicamente, necesitan la abstención o el apoyo de un PSOE cuyo discurso está lejos de aceptar esta propuesta. Desde el balcón de la sede, Feijóo pedía el apoyo de los socialistas para evitar que las formaciones extremistas e independentistas bloqueen el gobierno. Y realmente ahí está la clave de la aritmética electoral del 23J.

Dulce derrota del PSOE: ¿qué apoyos precisa?

Sánchez tiene la opción de reeditar los pactos que ya le alzaron al poder hace cuatro años. Sería, de nuevo, en forma de gobierno de coalición. Ya no con Unidas Podemos, sino con Sumar. Precisaría de los 7 escaños de ERC (no le vale la abstención), los 6 de EH Bildu (de nuevo, sólo sirve un ‘sí'), los 5 de PNV, el único voto del BNG y el hueso duro de roer: Junts. El partido de Puigdemont, quien ya ha hecho público que “no será a cambio de nada”. Pese a ello, la complicación de Sánchez en este punto es conjugar a Junts y ERC y a PNV y EH Bildu, partidos que rivalizan en Cataluña y País Vasco, respectivamente. Lo que uno recibe, también lo tendrá que obtener el otro.

Un acuerdo con estas formaciones permitiría al PSOE prorrogar su mandato, materializando un final de campaña de oro y logrando la movilización del electorado sobre la bocina. De no hacerlo, hay otro último escenario: la repetición de elecciones, lo que probablemente conduciría a una concentración del voto en PP y PSOE, a consecuencia de una supuesta caída mayor de Sumar y Vox, plan que puede no disgustar a los dirigentes socialistas y populares. Pero eso ya es otra historia.