Nuevo paso en el plan del PSOE hacia la investidura
La Mesa del Congreso da luz verde a la cesión de diputados de PSOE y Sumar a Junts y ERC, respectivamente, para que las formaciones catalanistas puedan constituir grupo parlamentario.
El 23J ha sido al escenario político español lo que un túnel kilométrico a un coche: todos recuerdan entrar, se empieza a hacer largo y, al final, nadie es capaz de prever qué paisaje habrá cuándo se vuelva a hacer la luz. El PP ganó las elecciones y el rey ha propuesto al líder popular, Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la Moncloa; pero es tanta la incertidumbre que podría ser Sánchez quien terminase reeditando un gobierno progresista. Y como esa opción sigue vigente, el PSOE no ha dejado de mover ficha.
La última pasa por atar a dos de los socios cuyos ‘síes’ necesitaría de forma clara y rotunda: ERC y Junts. Escasos días atrás, Yolanda Díaz dio el primer paso al asegurar que Sumar cedería dos diputados a los republicanos para que el partido liderado por Oriol Junqueras pudiera formar grupo parlamentario. Eran Jùlia Boada y Félix Alonso, de las circunscripciones de Girona y Tarragona y procedentes de En Comú Podem. El PSOE calcó la jugada y aplicó el esquema para que Junts también pudiera hacer lo propio.
Ahora esta mano tendida se ha hecho realidad. La Mesa del Congreso ha dado luz verde a los grupos parlamentarios de ERC y Junts tras la cesión. Los votos favorables de PSOE y Sumar así lo han bendecido. Por su parte, el PP se ha posicionado en contra al considerar que dicho préstamo es un “fraude de ley”. Y porque esto acerca a las formaciones catalanistas, en caso de que Feijóo fracase en su investidura, a un eventual apoyo para que Sánchez se quite el apellido ‘en funciones’ y vuelva a ser ‘presidente’ a secas.
Más que un trasvase, una pragmática cesión
Hay pocas dudas con el reglamento de la Cámara baja en la mano. Para formar grupo parlamentario en el Congreso se deben tener 15 o más diputados; y si el partido en cuestión no los tiene, bastaría con sumar cinco escaños -o más- y que hayan logrado, por lo menos, el 15% de los votos en todas aquellas circunscripciones en las que se hayan presentado o, en su defecto, el 5% de los votos a nivel nacional.
A PSOE, PP, Vox y Sumar les fue fácil: superaban los 15 parlamentarios. En el caso de PNV y Bildu, que no alcanzaban al mínimo, sí que sumaban dentro de las circunscripciones en las que era votables. Y luego están Junts y ERC, con siete diputados cada uno. Como se trata de partidos de índole nacionalista, y no cosechan votos, ni se presentan, fuera de Cataluña, es imposible que obtengan ese 5% en toda la geografía española. Necesitarían cumplir el 15% de las circunscripciones, de ahí la cesión de diputados clave.
El resultado final es el mencionado préstamo de Sumar a ERC de dos escaños y la cesión de cuatro diputados socialistas, procedentes del PSC, a Junts: los dos de Girona (Marc Lamuá y Blanca Cercas) y los dos de Tarragona (Andreu Martin y Valle Mellado). Justo las dos circunscripciones donde necesitaba sumar el 15%. Tanto los cedidos de Sumar como los del PSOE volverán, una vez se haya constituido el objetivo, a sus partidos de origen. No es un trasvase al uso, es una pragmática cesión.
Una vez fuera del grupo mixto, el hemiciclo es diferente. Además de recibir una subvención fija, amparada por el artículo 28 del reglamento del Congreso, de 364.160′64 euros y una variable en función de la cantidad de diputados de 1.746′16 mensuales por persona, la cesión permite unas ventajas políticas nada ornamentales y más que útiles: representación en todas las comisiones, portavoz en las Juntas, más tiempo de intervención, turno semanal en la sesión de Control y mayor poder para dar luz a iniciativas legislativas. Más que un guiño, parte del precio que cuesta un voto favorable en una futurible investidura.