Nueva maniobra de la ‘flota fantasma’ de Putin
Los barcos ‘camuflados’ de Rusia, diseñados en teoría para la pesca y la investigación, analizan la infraestructura crítica de los países nórdicos.
La flota de ‘barcos fantasma’ de Rusia sigue dando que hablar. Si hace unos meses se movían para esquivar las sanciones de Occidente contra el petróleo ruso, ahora parece que estos barcos han estado surcando el Mar Báltico en una operación de vigilancia para el Kremlin. Navegan con los transmisores apagados para no ser detectados, mientras realizan una radiografía completa de parques eólicos marinos, gasoductos, cables eléctricos y de internet para llevar a cabo posibles sabotajes.
Son decenas de barcos los que, según una investigación de cadenas de televisión públicas de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia, están haciendo estas labores de espionaje a los países nórdicos. Un reportaje con el nombre de “Guerra en la sombra” que afirma que se han encontrado, al menos, medio centenar de barcos rusos aparentemente de pesca o investigación, realizando recorridos “sospechosos” cerca de infraestructura crítica.
“En caso de conflicto con Occidente, están preparados y saben dónde intervenir si quieren paralizar a la sociedad danesa”, advierte Anders Henriksen, del Servicio de Inteligencia de la Policía danesa. En uno de los casos documentados, rastrearon el buque de investigación ruso Admiral Vladimirsky en el estrecho de Kattegat. Durante su vigilancia, el barco había apagado el transmisor AIS, un sistema para identificar barcos y su ubicación. No obstante, se empleó tráfico de radio encriptado para seguirlo.
Al acercarse al barco en un bote, un reportero de la cadena fue confrontado por una persona enmascarada, con un chaleco antibalas, y que posiblemente portaba un rifle de asalto mientras navegaba cerca de parques eólicos de Escocia e Inglaterra. Según los expertos, la información recopilada se envía directamente al Kremlin.
Práctica común de Rusia
Tras la guerra en Ucrania se han intensificado estas operaciones por parte de Moscú, que busca cartografiar la infraestructura submarina crítica de los países ‘enemigos’. “No hay duda de que la seguridad relacionada con la infraestructura crítica noruega no ha sido suficiente. Los cables son muy vulnerables y Rusia ya ha pasado muchos años mapeando los cables de comunicaciones submarinos y la infraestructura energética”, explica Karen-Anna Eggen, del Instituto Noruego de Estudios de Defensa.
El cable de Svalbard
Tras la explosión del oleoducto Nord Stream el año pasado, del que a día hoy no se conoce con exactitud lo ocurrido, Noruega reforzó la seguridad en sus infraestructuras en alta mar ante posibles nuevos ataques. En enero de 2022 el cable submarino de Svalbard, un archipiélago noruego situado en el Glacial Ártico, resultó dañado sin que se sepa lo que provocó la rotura de uno de los cables de fibra que conecta el archipiélago con el continente.
Unos cables importantes para el país nórdico, pero también a nivel mundial: en dicha zona está una de las estaciones de satélites más grande del mundo, que recibe datos meteorológicos e imágenes de aviones de y de tráfico marítimo. La investigación revela los movimientos de los barcos rusos en esta área. Uno de ellos, el Melkart-5 de arrastre, cruzó el cable de Svalbard más de 130 veces ida y vuelta.
Ase Gilje Ostensen, experta en amenazas híbridas en la Academia Noruega de Defensa, afirma que estos barcos pueden tener misiones específicas, teniendo la capacidad para colocar minas marinas, hacer planos de tuberías, cables de comunicación y otros objetivos que pueden ser saboteados. Sobre el incidente de Svalbard, la Policía noruega dijo que tras el sabotaje había “actividad humana”, aunque sin señalar a nadie.
“Este es un lugar geopolíticamente importante para Rusia y la actividad militar rusa. Por supuesto, Rusia niega cualquier responsabilidad por la interrupción del cable, pero coincide en tiempo, ubicación y capacidad”, concluye Karen-Anna Eggen.