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POLÍTICA

Noruega estudia la minería submarina en el Ártico: por qué es peligroso

La oposición y organizaciones ambientales se oponen a la explotación de los fondos marinos tras la aprobación del Parlamento del país.

Noruega estudia la minería submarina en el Ártico: por qué es peligroso
EFE

El Parlamento de Noruega ha dado el visto bueno a la explotación de sus fondos marinos para extraer materias primas y metales preciosos. Los cuatro principales partidos —laboristas, conservadores, progresistas y el Partido de Centro— han votado a favor de la minería en sus aguas, con el objetivo de independizarse de las exportaciones chinas de esos materiales. El Parlamento, también conocido como Storting, cree que la práctica será rentable y sostenible. La oposición y otras instituciones ambientales opinan todo lo contrario.

La secretaria general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Noruega, Karoline Andaur, cree que su país juega con la naturaleza de manera “imprudente y arrogante”, que la decisión “ignora todos los conocimientos” y que las consecuencias pueden ser “desastrosas” para el mar y para la reputación de Noruega. Según el Gobierno noruego, la demanda de metales está aumentando en todo el mundo y, debido a las tensiones internacionales, el país debe ser autosuficiente en minerales. Según el medio suizo Tages Anzeiger, la corteza oceánica puede tener oro, plata, manganeso, hierro, titanio, cobalto, níquel, circonio, neodimio, itrio y disprosio.

Todos estos materiales también se encuentran en tierra, pero solo los extraen unos pocos países, como Congo y, especialmente, China. De ahí la insistencia de Noruega en aprovechar el fondo oceánico para reducir su dependencia de otras potencias.

La zona que Noruega quiere explotar se encuentra bien alejada de tierra firme. Está en el Ártico, entre la gran isla de Svalbard, Groenlandia, Islandia y Jan Mayen. Según una nota firmada por científicos de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología, no hay suficiente información sobre el fondo marino de esta zona para poder explotarla mediante la minería. Además, creen que los conocimientos son “endebles” y que la autorización de Noruega “no satisface actualmente los requisitos que deben establecerse para un negocio holístico, responsable y basado en el conocimiento, en interés de la naturaleza y la sociedad”.

Sin regulación internacional

Sin embargo, el ministro noruego de Petróleo y Energía, Terje Aasland, aseguró en junio que la minería “tendría en cuenta los aspectos ambientales a lo largo de toda la cadena de valor” y que esta se llevaría a cabo “si la industria puede demostrar sostenibilidad y prácticas responsables”. El Parlamento será el órgano encargado de conceder una licencia a las empresas interesadas, que también deberán demostrar la sostenibilidad de sus extracciones.

Todavía no se conoce el impacto ambiental que puede tener la explotación del fondo marino en todo el mundo. Por ello, no existe aún una regulación internacional para este tipo de minería. En principio, la normativa que regulase la minería debía estar lista para el verano de 2023, pero la ONU decidió posponerla debido a la reticencia internacional: unos 40 países (entre ellos España) se muestran en contra de la extracción, al menos hasta que existan más evidencias científicas de cómo puede afectar la explotación submarina al ecosistema.