Los Mossos dan nuevos detalles de la huida de Puigdemont: “¿Quién eres, qué quieres?”
Un agente vigiló en todo momento el escenario donde habló el líder de Junts, pero fue increpaso y hostigado por los asistentes, que dificultaron la persecución.
Carles Puigdemont ha protagonizado el tablero político esta semana. El líder de Junts reapareció en España siete años después de su fuga, pero lo hizo solo durante unos minutos. El expresident dio un mitin previo a la investidura de Salvador Illa, y justo al acabar se escabulló entre los asistentes para volver a huir y retornar a su residencia de Waterloo (Bélgica), donde este viernes por la noche confirmó que había regresado.
Los Mossos d’Esquadra habían preparado un operativo para detener a Puigdemont cuando se dejase ver por Barcelona, al existir sobre él una orden de arresto por su participación en el procès. Así, la policía catalana desplegó un dispositivo especial por la investidura de Illa y la previsible vuelta del político de Junts que debía acabar con su detención.
Sin embargo, no salió nada como se planeó y Puigdemont se pudo fugar. Ahora, se han conocido más detalles de la huida y se ha revelado el difícil momento que vivió un agente de policía situado cerca del escenario donde habló el expresident en el Arco del Triunfo.
Según consta en el atestado que los Mossos han presentado ante el juzgado con motivo de la detención de dos mossos acusados de facilitar la huida de Puigdemont, un agente que vigilaba cerca del escenario fue “increpado y rodeado” por alrededor de 50 asistentes.
El policía fue informando por el canal interno de trabajo habilitado de todo lo que iba pasando y de todas las autoridades y cargos electos que iba viendo alrededor del estrado que había preparado Junts. El agente detalló cómo Puigdemont fue escoltado en todo momento por ese círculo de confianza.
Sombreros de paja, carpa interior, tres coches
Pero los problemas vinieron una vez terminó el discurso del líder independentista. Puigdemont se introdujo al acabar en una carpa situada detrás del recinto, un espacio cerrado que dificultaba la visión, aunque el agente podía ver lo que sucedía. Sin embargo, un grupo de 50 personas con sombreros de paja rodearon al expresident y ahí se empezaron a complicar las cosas.
Además, el agente empezó a ser increpado. “¿Quién eres, qué pasa, qué quieres?” le decían y por ello perdió el control visual de lo que sucedía. A pesar de ello, siguió informando de todo lo que observaba.
Así, en torno a las 9.05 vio cómo Jordi Turull y Puigdemont salieron del recinto rompiendo las bridas de las vallas ambos con una gorra azul en la cabeza. Allí había tres vehículos esperando: un coche blanco propiedad de uno de los mossos detenidos, otro negro con matrícula neerlandesa y una motocicleta.
Persecución boicoteada y fallida
Puigdemont y Turull subieron al coche blanco, que conducía una mujer y que en el asiento del copiloto llevaba una silla de ruedas plegada. En ese momento, y ante la imposibilidad de comunicarse con la emisora, llamó por teléfono al inspector jefe para relatarle lo que estaba sucediendo.
Ante ello, la hostilidad y el hostigamiento para con él se elevó y la actitud de muchas personas cambió de forma repentina, que siguieron e increparon al agente. No obstante, pudo perseguir en un primer momento a los tres vehículos entre los que estaba Puigdemont, pero el hecho de estar siendo increpado le imposibilitó hacer cualquier acción directa contra ellos. Finalmente, pudo deshacerse de los boicoteadores, empezó una persecución, cuyo recorrido facilitó, pero al final los perdió de vista a la altura de la calle Trias Fargas con paseo Circumval·lació.
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