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La inteligencia británica revela un gran problema para Rusia

Una crisis en la logística militar estaría dejando sin munición ni suministros a las tropas de la Z, obligándolas, incluso, a abandonar territorios que habían ocupado durante el invierno.

FILE PHOTO: Ukrainian service members from a 3rd separate assault brigade of the Armed Forces of Ukraine, fire a howitzer D30 at a front line, amid Russia's attack on Ukraine, near the city of Bakhmut, Ukraine April 23, 2023. REUTERS/Sofiia Gatilova/File Photo
STRINGERREUTERS

No soplan vientos de esperanza en el Kremlin. Ante la cuenta atrás de la que no se conoce el número pero sí la existencia en la que se ha convertido la contraofensiva ucraniana, las tropas rusas comienzan a observar cada vez más agujeros en la bolsa bélica que arrastran por el Donbás. Se acumulan los asuntos por resolver y se agota el tiempo para solucionarlos.

Han pasado más de 14 meses desde que estalló la invasión a gran escala. Después de un verano largo en el que la guerra relámpago se estancó en los frentes del este ucraniano, el invierno se presentaba como una solución mesiánica en forma de ‘gran ataque’ sobre el país. El plan se fue por el sumidero de la guerra hasta convertirse en el episodio donde más bajas rusas se han registrado desde el comienzo del conflicto. Y en este frustrado intento Rusia ha perdido algo vital para los futuros acontecimientos: armamento.

Sin munición para atacar ni para defenderse

Desde los servicios de Inteligencia de Reino Unido han asegurado que el Kremlin “no tiene suficientes municiones para lograr éxitos” en la ofensiva militar en Ucrania, haciendo énfasis en que esto supone un factor de división interna entre las tropas de la Z; grieta que se vuelve mucho más grande entre el Ministerio de Defensa y el Grupo Wagner, dos aliados que en más de una ocasión han mostrado sus fuertes discrepancias.

Uno de los acontecimientos que señala el ministerio de Defensa británico como síntoma de esta escasez es el cese del viceministro de Defensa, Mijail Mizintsev. El antiguo líder militar ruso fue apartado por fallar a sus labores de ‘logística militar’ en un escenario donde era imposible no hacerlo; y, aun así, Moscú tardó una semana en hacer público el anuncio, lo que evidenciaría, según Londres, que “los problemas logísticos siguen en el centro de las dificultades de la campaña rusa en Ucrania”.

Grietas en el frente, abismos en las cúpulas

Junto a esta pista, el informe del gabinete británico señala que para el Kremlin “sigue dando la máxima prioridad movilizar la industria de Defensa, si bien aún no logra satisfacer las demandas en tiempos de guerra”. Y este ímpetu en disparar sin balas el que causa la desesperación del Grupo Wagner, consciente de que “mientras los líderes políticos rusos persisten en demandar éxitos en el campo de batalla, los profesionales de logística están atrapados en medio”.

Durante la jornada militar del sábado, el jefe del grupo de paramilitares, Yevgeny Prigozhin, ha advertido de que podrían retirarse de Bajmut por las deficiencias en logística. El enclave estratégico ubicado en el Donbás ha sido el objetivo que ha ido mermando a Rusia durante semanas que se han convertido en meses interminables. Finalizada una operación caótica de invierno y viendo desde el retrovisor la contraofensiva ucraniana, no salen las cuentas. La ecuación de municiones es sencilla. Bajan los suministros, suben los muertos. Mal negocio.