La capacidad nuclear de Israel e Irán
Israel es el único país del mundo que no lo reconoce abiertamente, pero es un Estado nuclear y figura como tal en los listados de instituciones de investigación atómica.
Pese a estar rodeada de secreto, la capacidad nuclear que Israel podría tener está entre 75 y 400 ojivas nucleares, que pueden ser lanzadas mediante aviones, misiles balísticos o submarinos. El programa nuclear israelí empezó a prepararse tras conseguir la independencia en 1948. Contó con el apoyo de Francia para construir un reactor nuclear y una planta en 1950.
Desde hace décadas ni admite ni niega su posesión y es el único país del mundo que no lo reconoce abiertamente; pero es un Estado nuclear y figura como tal en los listados de instituciones de investigación atómica. Un hecho que les sirve siempre de medida disuasoria en Oriente Medio sobre todo, con quienes mantiene un conflicto activo desde hace décadas.
Cuántas ojivas nucleares tienen las principales potencias
- Rusia: Aproximadamente 5.889 ojivas
- Estados Unidos: Alrededor de 5.244 ojivas
- China: Se estima que posee unas 420 ojivas
- Francia: Aproximadamente 290 ojivas
- Reino Unido: Alrededor de 225 ojivas
- Pakistán: Entre 170 y 180 ojivas
- India: Entre 160 y 170 ojivas
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), se estima que existen aproximadamente 13.080 ojivas nucleares en el mundo (hasta 2023 al menos). Cerca de 3.825 estarían desplegadas y listas para ser utilizadas en situaciones de conflicto. Las restantes 9,255 ojivas estarían en estado de reserva o en proceso de desmantelamiento.
Al comienzo de 2024, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel, poseían aproximadamente 12.121 armas nucleares, de las cuales 9.585 se considera que podrían estar operativas. El SIPRI estima que 3.904 de estas ojivas se desplegaron con fuerzas operativas, entre ellas unas 2.100 que se mantuvieron en estado de alerta operativa alta, unas 100 más que el año anterior.
En general, el número de ojivas nucleares en el mundo sigue disminuyendo, pero se debe solamente al desmantelamiento estadounidense y ruso de las ojivas retiradas.
Los misiles nucleares de Israel son desarrollados principalmente por Israel Aerospace Industries (IAI) y Rafael Advanced Defense Systems, quienes prepararon también el sistema de defensa antimisiles conocido como la “Cúpula de Hierro”.
El caso de Irán
Hace poco expiró el embargo de armas de la ONU sobre Irán, en octubre de 2023. Un acuerdo bilateral informal entre Irán y Estados Unidos de junio del año pasado pareció rebajar las tensiones y reducir el riesgo de conflicto, y contribuyó a una mayor cooperación de Irán con el OIEA y a que Estados Unidos descongelara activos iraníes, pero el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en octubre puso patas arriba el acuerdo, además que los ataques de grupos apoyados por Irán contra fuerzas estadounidenses en Irak y Siria pusieron fin a los esfuerzos diplomáticos entre Irán y la administración Biden.
La guerra también perjudicó los intentos de implicar a Israel en la Conferencia sobre la creación en Oriente Medio de una zona libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva, que sigue siendo difícil dada la prolongada política de ambigüedad nuclear de Israel.
En teoría, Irán no tiene armas nucleares. Su programa nuclear se ha estado desarrollando durante años, pero diferentes análisis de inteligencia indican que no ha alcanzado el nivel adecuado de enriquecimiento de uranio necesario para fabricar con éxito ojivas. Se especula con que Corea del Norte pueda suministrar armas nucleares a Irán, aunque de momento es sólo una hipótesis.
En 2010 un virus informático llamado Stuxnet, supuestamente fabricado por Israel y Estados Unidos, penetró a través de un USB en los ordenadores del programa nuclear iraní copiando datos durante meses y haciéndoles creer que las pruebas estaban saliendo mal, teniendo que repetir una y otra vez hasta que se dieron cuenta lo que estaba pasando, con el retraso de meses de ese programa, la destrucción de todas las pruebas y ordenadores y la depuración de responsabilidades por un ataque dentro de su propio sistema que ya había aprendido cada detalle. Llegó a destruir 1.000 máquinas en la central nuclear de Natanz.
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